OPINIÓN

Superación

Javier Fernández

Redacción La Voz del Tajo | Miércoles 23 de abril de 2014
Parapetado detrás de mi ordenador y cada vez menos inmerso en mis labores en ese momento, escuché de cabo a rabo la entrevista que mi compañero David Martín formulaba al atleta paralímpico Ricardo de Pedraza, ensimismado en cada una de sus palabras y en cada uno de sus gestos, todos ellos cargados de mucho más sentido que el verbal.

Este es uno de esos casos en los que el trabajo periodístico sobrepasa los límites puramente profesionales y se adentra en ese lado más humano, personal y privado del entrevistado, llegando a desnudar un alma viva y llena de energía. Nada más salió por la puerta de la redacción de La Voz del Tajo una cosa se quedó grabada en mi mente: el afán de superación y que cuando quieres una cosa realmente, si quieres, puedes conseguirla. Ricardo de Pedraza es una de esas personas aparentemente normales y que, sin querer, son capaces de regalar grandes lecciones de humanidad y de sentido común. Y es que una persona que todavía pudo ver con sus ojos los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Pekín y que ahora será protagonista ,de los segundos, en Londres, cuando ya las ventanas de su cuerpo al mundo se han apagado para mi es admirable, encomiable y todos los sinónimos que se nos puedan ocurrir. Aprender a vivir con un hándicap físiológico es una tarea en la que nadie pensamos y que solo vemos en terceras personas, pero cuando encuentras alguien como Ricardo aún toma más mérito y sentido. Mientras relataba como han sido sus cuatro años de preparación para Londres, y siempre acompañado por la dulce mirada de su compañera de vida, la emoción y el recuerdo de todas esas jornadas hacían que sus cuerdas vocales temblaran ligeramente y que cada uno de sus mensajes adquiriera voz propia extrapolándolo a su historia; llena de sacrificio, de lucha diaria y de mucha templanza y humildad. Ahora, amigo Ricardo, concéntrate y traéte el mejor resultado de Londres, aunque como tú mismo dijiste, el premio ya le tienes. Y yo queridos lectores, hago un impás en este semanario para tomarme unas, creo que merecidas, vacaciones. Prometo volver cargado de buena energía y con las muchas tareas que tengo en mi agenda completadas. Hasta pronto.

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