José Marcos escribía hace unos días en El País que la holgada mayoría con la que el Gobierno ha sacado adelante una votación tan crucial como la de las enmiendas a la totalidad de los Presupuestos, con EH Bildu en todos los focos, se le ha terminado indigestando al PSOE. La ostentación con la que Pablo Iglesias publicitó el apoyo de la izquierda abertzale y los reiterados intentos de Unidas Podemos de impedir un acuerdo con Ciudadanos han soliviantado a los socialistas. El malestar es generalizado en todo el escalafón. Los cuadros orgánicos consultados, sean alcaldes, secretarios provinciales o barones reconocen la incomodidad que les produce, sobre todo, la falta de respuesta al tacticismo del socio minoritario del Gobierno para truncar el respaldo del partido de Inés Arrimadas. Emiliano García-Page ha sido el último en explicitar su contrariedad.
“Estamos pasando del estado de alarma por la covid a la alarma de Estado por este pacto con Bildu, que no tiene un pase. Tengo la sensación de que en el Gobierno se hace lo que impone el tacticismo de Pablo Iglesias”, ha lamentado este viernes el presidente de Castilla-La Mancha en una entrevista en la cadena SER. “Bildu no está en un proceso de normalización como tal, fue la democracia quien ganó la batalla”, ha incidido sobre su apoyo a los Presupuestos Generales del Estado, anunciado por el coordinador de la izquierda abertzale, Arnaldo Otegi, y aplaudido por Iglesias, vicepresidente segundo del Gobierno. “Ver a Otegi siendo clave para decidir los Presupuestos del Estado que combatió desde un grupo terrorista me produce una sensación muy dolorosa. Por un lado, de fracaso como país por no ser capaces de que sean irrelevantes. En lo personal iré a la farmacia a buscar un antiemético”, lamentó Guillermo Fernández Vara. La reacción del presidente extremeño, que pasa por ser una de las voces más respetadas -y contenidas- del PSOE, sorprendió en Ferraz. Igual que la del presidente de Asturias, Adrián Barbón, que se encuentra entre los más afines a Pedro Sánchez. Pactar con los abertzales “no es un plato de buen gusto”, ha afirmado el presidente del Principado. El presidente castellano-manchego ha considerado esencial sacar adelante las nuevas cuentas públicas, pero ha lamentado el papel de Unidas Podemos dentro del Ejecutivo de coalición: “El compromiso inicial era que de la política social se hablaba con Podemos y que la institucional y territorial era el PSOE quien marcaba la pauta. Pero a la hora de la verdad, y lo veo con preocupación, Podemos nos marca la agenda y nos está arrastrando a una esquina del tablero político que está muy fuera de las grandes mayorías del PSOE”.
Y ÉSTA ES LA ENTREVISTA DE 2006