Laura y Beatriz son sus nombres. Ellas son rastreadoras de la Gerencia de Atención Integrada (GAI) de Talavera de la Reina y su trabajo consiste en comunicar los casos positivos a las personas a las que se ha realizado la prueba pertinente y, a partir de ahí, seguir los contactos de esos pacientes para evitar los contagios.
Les hemos entrevistado para conocer un poco más qué hacen y cómo se comporta la población con la que contactan telefónicamente, “localizamos a las personas sospechosas que pueden tener COVID a través de la información que nos llegan desde Atención Primaria, Urgencias, etc”.
Cuando la persona es sospechosa, ellas –junto a sus casi 30 compañeros– le comunican que se debe aislar y también a las personas de su domicilio, una labor que se hace en combinación con los facultativos de Atención Primaria y se le prescribe la prueba, “si sale positivo, nosotros nos encargamos de llamarle y le realizamos una encuesta. Le preguntamos diversos datos y sobre todo cuáles han sido sus contactos estrechos (Cualquier persona que haya proporcionado cuidados a un caso: personal sanitario o socio-sanitario que NO haya utilizado las medidas de protección adecuadas, miembros familiares o personas que tengan otro tipo de contacto físico similar) y delimitamos las fechas de contacto, personas con las que vive o personas con las que ha tenido contacto en las 48 horas previas a haberle aparecido los síntomas o a haberse hecho la prueba.
Siempre se trata de conocer con qué personas ha estado más de 15 minutos, a menos de dos metros y sin mascarilla”, concluyen. Todo lo demás, no es contacto estrecho si se siguen las pautas indicadas porque si ha estado de botellón, trabajando sin protección, de fiesta sin precauciones, son situaciones que ahora mismo no son legales.
“Localizamos a esos contactos estrechos, se les pregunta si tienen síntomas, se les indica el aislamiento, se les pide la prueba, se le cita con su médico para que les dé la baja… etc. Y es que todos debemos estar con nuestro grupo estable de convivencia, que siempre deben ser los mismos, etc. Porque lo más importante es que la gente tiene que colaborar”, sentencian.
Uno de sus principales trabajos es concienciar a la gente de que tiene que mantener esas medidas de precaución. “Todos creemos que estamos bien y, de repente, eres positivo al día siguiente. Nadie es inmune. Cualquiera puede tener síntomas y tener la enfermedad”.
¿Qué es lo más raro que os ha pasado?
Pues gente que se ha hecho la prueba y está esperando el resultado. Le llamamos para comunicarle que es positivo y nos proporcione sus contactos estrechos y nos dice que está en la peluquería con el tinte echado; que está en un supermercado comprando; que es camionero y está haciendo un viaje largo para llevar mercancía; muchísima gente que está trabajando; que han estado de botellón, de comunión o de bautizo dando besos a todo el mundo; o con síntomas como fiebre han estado con toda la familia; con síntomas se han ido a jugar un partido de fútbol con lo que pueden haber contagiado a todos los demás que allí estaban… Toda esa gente estaba esperando el resultado de la prueba y con síntomas.
Porque si estás pendiente del resultado de la prueba no debes salir si no tienes síntomas pero si los tienes, con mayor motivo. Llevamos con una pandemia desde marzo y todos sabemos cuáles son los síntomas del COVID. La gente cree que a ellos no les va a pasar y siguen haciendo su vida normal. Hay personas que llevan una semana con síntomas y no lo han dicho porque pensaban que era un catarro o porque simplemente no quieren decirlo. Es algo incomprensible”.
¿Los niños os dan problemas?
Los niños no, los padres que llevan a los niños al colegio con síntomas o con pruebas pedidas. Y es que nosotras dependemos de lo que nos cuenta la persona a la que llamamos, tenemos que apelar a la honestidad de la gente. Decir la verdad, salva vidas y en muchas ocasiones no nos cuentan la realidad. En los pueblos, por ejemplo, donde se conoce casi todo el mundo, hay gente que nos llama y nos dice que saben que tal persona te ha dado tales contactos pero que, por ejemplo, la frutera también es contacto estrecho y eso nos complica mucho el rastreo. Dependemos totalmente de lo que nos cuente la gente, que nos digan la verdad. No tenemos forma de saber con quién ha estado ni qué medidas han adoptado si no nos dicen la verdad.
Las personas deben entender la importancia de las circunstancias, de la situación. Por eso hemos pasado de tener muy pocos casos a tener muchos, porque la gente no está respetando las medidas.
Hay gente que colabora mucho y te lo cuentan todo… “yo salgo muy poco y me relaciono con las personas con las que vivo…”. Ahí es muy fácil parar el contagio, pero hay otros casos muy complicados. Tuvimos un adolescente que había estado con todos los amigos, cada día con uno. No todos eran contactos estrechos porque, aunque tú estás con 15 personas, no estás cerca con todos pero como no quería que nadie se enfadara con él pues nos quería dar 35 ó 40 contactos para que a todos les hicieran la prueba. Y cuando tú les dices que se les realizará la prueba pero tienen que guardar aislamiento, en ese momento ya te dicen que no han sido contacto estrecho.
Todo el mundo quiere hacerse la prueba pero nadie quiere hacer aislamiento. Se creen que porque tengan resultados negativos ahora, puede que sean positivos dentro de cinco días.
Que nos se mienta a las rastreadoras significa que la gente no enferme o incluso lleguen a morir ellos o las personas de su alrededor. De decir la verdad depende su vida o la gente mayor que tienen cerca, “ellos pueden contagiar inconscientemente a sus compañeros de trabajo o a un amigo y esa persona va a visitar a sus familiares que son mayores o que van a comer todos los días con sus abuelos o porque viven con ellos… y, al final tú con 30, 40 ó 50 años no te vas a morir pero el abuelo de alguien sí. Eso es lo que demuestra que la gente ha perdido un poco el miedo”, apuntan Laura y Beatriz.
“En cuanto a los niños, hay padres responsables a los que llamas porque ha salido un positivo en la clase de su hijo y te dicen que su hijo lleva varios días sin ir a clase porque ‘un día tuvo mocos y entonces dejé de llevarla en los siguientes días’ y, sin embargo, hay otros casos en que los padres por motivos de trabajo no se pueden quedar en su casa con ellos y deciden priorizar la economía. Hemos estado mucho tiempo confinados y eso también pesa pero sin salud no hay economía posible”, nos detallan.
¿Sois suficientes?
Sí. Tras el fin de semana tenemos más casos acumulados pero nos ponemos rápido al día. Puede darse la situación que entre 2.000 casos de seguimiento de la base de datos pues se te salte uno y no le llames para preguntarle si está bien, porque somos personas, pero no suele ocurrir.
En el 99% de los casos siguen asintomáticos durante días y si no le llamas hoy le llamarás dentro de dos días porque la prueba está pedida y estamos pendiente de resultado.
¿Cuántos sois? Unas 30 personas.
¿A cuántas personas llamáis al día? Depende de si un positivo te da muchos contactos con esas llamadas tardas más. Pero cada uno puede realizar más de treinta llamadas al día además de la comunicación de resultados que serán otras veinte personas más, en total unas cincuenta personas contactadas al día como mínimo.
¿Cuánto os lleva cada llamada?
Depende, hay llamadas en las que hay gente que nos lo pone muy fácil y hay otras de media hora porque, ayer por ejemplo, una señora había llevado a sus hijos al colegio sin que hubiesen terminado el aislamiento. Entonces la compañera tardó mucho en convencerla, en explicarle por qué no les debería llevar y la señora no colaboraba nada. Decía que a ella le habían llamado ya para darle el alta y no era cierto porque no había nada registrado en la historia de ninguno de esos niños… entonces hay gente que no colabora nada de nada, que esto parece que no va con ellos y pasan de todo y, sin embargo, hay personas que reacciona de modo totalmente contrario y nos facilita mucho el trabajo.
En breve, la segunda parte. Rastreadoras en Talavera (II): Hemos llegado a escuchar “nosotros estamos tranquilos porque como a nuestro pueblo no ha llegado el COVID…”