El Tribunal Supremo ha confirmado su inhabilitación por desobediencia al negarse a quitar los símbolos independentistas de los edificios públicos durante la campaña del 28-A.
La sentencia, dictada por unanimidad, es firme y le obliga a dejar el cargo, lo que abre una nueva crisis institucional en Cataluña.
Durante la vista por el recurso interpuesto contra esta condena ante el Tribunal Supremo, celebrada el pasado 17 de septiembre, la Fiscalía solicitó la confirmación de la sentencia condenatoria mientras que la defensa del president argumentó, para pedir su absolución, que Torra fue tratado por la Junta Electoral Central (JEC) como "minoría nacional" por "tres palabras en una pancarta" que deberían enmarcarse en su libertad de expresión, informa Europap Press.
Cataluña queda ahora condenada a varios meses de bloqueo político, puesto que Torra se ha negado a convocar elecciones y el vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès, deberá asumir la presidencia en funciones.