El consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, ha explicado que la influencia de Madrid en la evolución de la pandemia en Castilla-La Mancha continúa siendo bastante importante, ya que “las medidas que tome Madrid van a tener repercusión aquí”.
Así, de los 557 hospitalizados en cama convencional por COVID, 410 pertenecen a las provincias de Toledo, Guadalajara y Ciudad Real, por su relación a través del AVE, más del 70 por ciento de los hospitalizados en la Comunidad Autónoma.
Actualmente, en esta segunda oleada de la pandemia, la diferencia con la primera es que en los meses de marzo y abril se diagnosticaban los casos positivos una vez que ya estaban hospitalizados, mientras que ahora gracias a los profesionales de la Atención Primaria, los profesionales de Epidemiología y las 556 personas que se dedican al rastreo de casos, se realiza el diagnóstico de manera precoz y la situación en los hospitales está bajo control, aun contando con desplegar los planes de contingencia en cuanto la situación lo requiera.
En ese sentido, ha recordado que ayer mismo, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, avanzó que en la semana del 5 al 9 de octubre, se incorporarán a las tareas de rastreo 120 rastreadores militares.
En total, Castilla-La Mancha dispondrá de 676 rastreadores, uno para cada 2.900 habitantes.
Además, Fernández Sanz ha destacado la labor de los profesionales de Atención Primaria, Epidemiología y las personas dedicadas al rastreo de casos así como a los profesionales de los laboratorios de Microbiología y de Anatomía Patológica, por la rapidez en obtener el resultado de las PCR y de las pruebas denominadas TMA.