Mañana del domingo 6 de septiembre, 07:00 AM. Zona de La Barrosa (para el que esté desorientado, toda la urbanización que va desde la salida de Talavera por la carretera de San Román hasta las inmediaciones del Hospital Nuestra Señora del Prado).
Un apacible paseo nos deja las 16 estampas elegidas para enmarcar que acompañan a estas líneas. Allí, más parece que allí se ha librado una batalla campal que otra cosa.
La zona, eminentemente residencial, es la elegida por los jóvenes de Talavera para celebrar sus "botellones", algo que está prohibido y que –sin embargo– a ellos se les trae al pairo, incluso en esta época de COVID en que muchas personas están perdiendo su trabajo por las medidas restrictivas que buscan minimizar el contagio y otras, muchas también, contraen el virus sin saber muy bien por qué.
Curiosamente, hace unos días un usuario de Twitter tuvo que verse obligado a retirar una imagen en que se veía a un nutrido grupo de jóvenes bebiendo en la calle de madrugada sin guardar distancia social y sin una sola mascarilla. ¿Saben por qué tuvo que retirarla? Porque le amenazaron de gravedad. Esas amenazas ya están en poder de la Policía.
Pero no contentos con beber en la calle hasta altas horas de la madrugada o ya amanecido (a las siete de la mañana aún había jóvenes de fiesta en la referida Barrosa) la distracción principal –como si se tratara de un concurso– es destrozar todo a su alrededor.
En el álbum que les ofrecemos pueden apreciar bancos arrancados de cuajo y desplazados para conformar una zona re reunión (incluso algunos colocados en medio de las avenidas), los agujeros que dejan en su ubicación original y el peligro que eso provoca, árboles destrozados a patadas y hasta el riego público reventado, algo que provoca que el agua mane por toda la zona anegando los paseos por donde muchos talaveranos pretenden pasear a sus mascotas o hacer algo de deporte. Y, eso sí, todo bien aderezado de bolsas de plásticos, botellas semivacías o vasos tirados donde mejor les ha parecido. Podríamos pensar que son distracciones molestas, que son jóvenes, que la consciencia no es muy alta, pero... ¿y el gasto que provocan? La educación empieza en casa.
Estaría bien que el Ayuntamiento de Tita García Élez pudiera proporcionar a los talaveranos el gasto que, al cabo de un año, provocan estos destrozos para que a más de uno (y de una) se le cayera la cara de vergüenza. Además, tampoco estaría de más que se endurecieran las actuaciones policiales y, de esa manera, más de un padre y una madre fuéramos conscientes de los destrozos que provoca nuestro hijo, sobre todo si tenemos que rascarnos el bolsillo para reparar sus "diversiones". Falta control policial en estas situaciones y eso lo está demandando la sociedad talaverana desde hace tiempo.
En fin, les dejamos con la galería de la vergüenza para que sean conscientes de lo que pueden ser capaces nuestros jóvenes y, dada la cantidad de detalles que les ofrecemos, es fácil pensar que no son casos aislados. Hace falta mucha fuerza y mucha gente para mover tan cantidad de bancos con pies de cemento y, mientras, dar rienda suelta al vandalismo con los árboles, el riego, las papeleras, las farolas...