Un hombre en Hong Kong se ha convertido en la primera persona en el mundo en infectarse con Covid-19 por segun vez, según informaron este lunes investigadores de la Universidad de Hong Kong.
Se trata de un hombre de 33 años, del que no han trascendido más datos, se habría infectado entre finales de julio y principios de agosto, después de recuperarse de su primer contagio a finales de marzo del SARS-CoV-2. La segunda infección se detectó a través de un control en el aeropuerto a su regreso a Hong Kong desde España, pasando por Reino Unido.
El hombre había desarrollado síntomas leves del Covid-19 en marzo, cuando había sido diagnosticado por primera vez. Fue hospitalizado el 29 de marzo. Los síntomas se fueron y el 14 de abril le dieron de baja del hospital, de acuerdo al estudio.
Los nuevos hallazgos sugieren que algunos pacientes que se recuperan de coronavirus podrían tener inmunidad sólo a corto plazo.
“El paciente no desarrolló ningún síntoma de su segunda infección, lo que podría indicar que cualquier infección posterior puede ser más leve. Nuestros hallazgos sugieren que el SARS-CoV-2 puede persistir en los humanos, que el coronavirus puede continuar circulando incluso si los pacientes han adquirido inmunidad a través de una infección natural o mediante la vacunación", explican los investigadores en un comunicado publicado este lunes.
Esta no es la primera vez que un paciente vuelve a dar positivo semanas después de que los síntomas hubieran desaparecido. Aunque los científicos no habían logrado descifrar si estos casos reflejaban rastros persistentes del virus. "Esta es la primera documentación del mundo de un paciente que se recuperó de la Covid-19 pero que ha tenido otro episodio después. Antes de este informe, muchos creían que los pacientes recuperados tenían inmunidad contra la reinfección, sin embargo, hay evidencia de que algunos pacientes tienen un nivel de anticuerpos menguante después de unos meses", señaln los investigadores de la Universidad de Hong Kong, publica El Mundo.
Este caso confirmado podría significar un antes y un después para los científicos que trabajan en tratamientos contra el Covid-19 usando los anticuerpos de pacientes recuperados de coronavirus, y para aquellos trabajando en una vacuna.