De llevarse a efecto, el proyecto del CF Talavera podría saltar por los aires. Entre otras razones porque la participación de los socios a la hora de sacar sus abonos podría quedar en suspenso y ya se ha realizado una importante inversión en la confección de la plantilla y el cuerpo técnico para el proyecto deportivo del grupo inversor. Y es que según la nota emitida a última hora de la mañana de ayer, donde la RFEF, junto al resto de federaciones de equipos, anunciaba una reunión urgente con las federaciones territoriales, ha hecho saltar las alarmas. Reunión que tendrá lugar este lunes a las 13.00 y tiene como único punto el calendario de la próxima temporada, situación que viene provocada por la nueva deriva de la pandemia. Pues bien, según ha podido saber IUSPORT, detrás de este movimiento estaría la posibilidad de retrasar las competiciones no profesionales de la próxima temporada. Un aplazamiento que podría llevar el arranque de las competiciones a enero del 2021. Lo que falta por determinar son qué competiciones se verían afectadas.
Entre las posibles estaría la Segunda B, pero no es descartable que afecte también a las dos categorías del fútbol femenino, además de las dos divisiones de fútbol sala junto a su competición femenina. Estas cinco últimas forman parte de lo que la RFEF acaba de considerar como competiciones profesionalizadas. De momento, ninguna de las partes afectadas tiene confirmación alguna al respecto. En el caso de la Segunda B se trata de Proliga, como asociación que representa a un número importante de equipos de la Segunda B y Tercera división. Tampoco tienen información alguna desde la RFEF en la Asociación de Clubes femeninos, que representa a la gran mayoría de los clubes de la Primera y Segunda División femenina.
En idéntica situación está la LNFS, donde también están la gran mayoría de clubes que forman parte de las dos categorías del fútbol sala nacional. En este caso, sin ir más lejos, ayer mismo anunciaban que retrasaban los amistosos de pretemporada por falta de protocolo. Todos ellos coinciden en señalar que este posible escenario provocaría una debacle por varias cuestiones. En primer lugar, por los contratos que ya tienen firmados los clubes con sus profesionales, ya sean en Segunda B, fútbol femenino o fútbol sala. De hecho muchos equipos ya han empezado sus pretemporadas. El otro impacto es el económico, derivado del retraso de la competición con incidencia directa en los contratos audiovisuales. Especialmente en lo que afecta a la liga femenina y su contrato de tres años o los tres años también que tiene firmados en el fútbol sala. Lo normal es que la RFEF, una vez se reúna con las territoriales y comunique estas medidas, deberá ponerlo en conocimiento de los clubes. Además, este cambio normativo deberá pasar por la Comisión Delegada, cuyas funciones las ostenta actualmente la Comisión Gestora por el proceso electoral, y darle traslado al CSD para su aprobación definitiva, en la medida en que afecta a la estructura de sus competiciones.