Durante este mes de agosto, reducir el riesgo de exposición a la COVID-19 se complica debido a las vacaciones y los desplazamientos a zonas turísticas o de playa. Con ello, aumentan las posibilidades de contraer el virus y que surjan nuevos rebrotes, sumándose así a los que ya hay por todo el territorio nacional.
Por tanto, no debemos olvidar las precauciones necesarias durante el verano debido a las altas temperaturas, la exposición al sol o los viajes de muchas horas que se realizan en coche. Por ello, el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos lanza una serie de recomendaciones tanto para este mes de vacaciones como para protegerse frente al coronavirus.
Tanto hidratarse como proteger la piel del sol resulta fundamental durante esta época del año. Por eso, desde la farmacia recomiendan evitar la exposición solar en las horas centrales del día, recordando una correcta utilización de los fotoprotectores y resaltando la importancia de hidratar bien la piel tras la exposición al sol.
Las mascarillas, de obligado uso en todo el territorio español, no tienen por qué estar elaboradas con materiales que impidan el paso de la radicación solar. Son un producto fabricado para filtrar el aire aunque puedan parecer un protector físico. La recomendación es que siempre se utilice protección solar en la piel cubierta por la mascarilla y que se renueve la aplicación cada pocas horas con el fin de evitar quemaduras o perjuicios más graves.
Cabe destacar que los geles hidroalcohólicos son sustancias que deshidratan nuestra piel y que, junto al sol, pueden causar efectos no deseados. Por lo tanto, cobra una gran importancia el hecho de proteger también nuestras manos de la luz solar e hidratarlas con frecuencia para evitar quemaduras o irritaciones.
Con las vacaciones, los hábitos y las rutinas de los viajeros cambian de forma drástica. Se llevan a cabo muchas actividades al aire libre y con ello, aumenta la exposición a distintos patologías y enfermedades. Por este motivo, en el momento de desplazarse también es necesario ser cauto y llevar un pequeño botiquín de viaje.
A la hora de combatir los rebrotes, además del gel hidroalcohólico y las mascarillas, debemos contar con los antitérmicos habituales como el paracetamol, y cuidar nuestra hidratación, así como acudir a un profesional sanitario en el momento en el que se detecten síntomas de la patología.
Es aconsejable que se incluyan algunos fármacos para afecciones leves. Analgésicos, antiácidos, antihistamínicos, antidiarreicos, suero para rehidratación oral o productos para las picaduras son algunos de los básicos que se deben incluir. Además de esto, podemos incluir material de cura como algodón, gasas, tiritas, vendas o esparadrapo. También solución salina y algún antiséptico para limpiar las heridas. El alcohol nos servirá para desinfectar el material y la piel.
Durante las vacaciones el cambio de residencia y hábitos puede poner en peligro el cumplimiento de los tratamientos farmacológicos y, en consecuencia, los objetivos perseguidos y nuestra salud. Con el fin de facilitar un riguroso cumplimiento de los tratamientos se aconseja simplificar la pauta al máximo y, si es posible hacer coincidir la toma del medicamento con alguna actividad cotidiana (comidas, acostarse, levantarse, etc.). Además, si esto es posible, son aconsejables los medicamentos que permiten una sola administración diaria, ya que la menor frecuencia tiende a mejorar el cumplimiento.
La clave del papel del farmacéutico para favorecer este cumplimiento terapéutico descansa en la accesibilidad y disponibilidad del mismo, ya que la farmacia es el centro sanitario más cercano y accesible, y tienes una muy cerca allá donde te desplaces.
Aunque este es el mes vacacional, el coronavirus sigue estando presente en todo el país. De forma general, para reducir el riesgo de exposición a esta patología, hay que recordar que hay que usar mascarilla, mantener la distancia de seguridad y evitar grandes aglomeraciones de gente, tener una buena ventilación de interiores y lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón o soluciones hidroalcohólicas.
Otras medidas pueden ser evitar el contacto directo con personas que presenten tos o estornudos, cubrirse nariz y boca con pañuelos al estornudar o toser y solicitar asistencia médica en el momento en el que se detecten síntomas de infección.
Cabe recordar que, ante cualquier duda sobre alguna dolencia o síntoma, la farmacia siempre está de guardia y podrás consultar cualquier cuestión con un farmacéutico cercano.