OPINIÓN

OPINIÓN | Carta a mi padre (interno en residencia)

Mª Elena Paniagua | Domingo 14 de junio de 2020

Querido padre, llevo varios días dando vueltas si escribir o no esta carta, pero al fin me he decidido. Y he pensado hacerlo por este medio aunque tenga la certeza que tú, no la leerás, pero sí la esperanza que otros lo hagan.
Con otros me refiero, a los que puedan tener la consideración o la decencia de pensar en vosotros, de acordarse que existís, de pensar en vosotros como personas y no como lo han estado haciendo hasta ahora utilizando vuestro “colectivo” (personas mayores que vivís en residencias de ancianos) como si fuerais “pelotas de ping-pon”; competencia tuya; no tú les dejaste morir; no, tú no has permitido que vayan a los hospitales; si pero tú…


Porque eso es lo que han hecho los políticos con vosotros jugar al ping-pon, no se preocuparon al principio, a sabiendas que erais grupo de riesgo, os dejaron morir como perros abandonados ¡bueno qué digo! si la pandemia hubiera afectado a los perros se les habría tratado mejor; primero se olvidaron y ahora, bueno ahora también.
Y ahora, nadie piensa que sois personas, adultas, muchos con las capacidades perdidas antes de la pandemia, pero muchos han perdido estas capacidades durante el confinamiento y los que aún las tenéis terminareis por perderlas porque os siguen dejando encerrados a pesar de podáis tener la necesidad de salir a dar un simple paseo, tomar un café, ese tipo de cosas rutinarias que la gran mayoría de la población empezó a hacer desde hace días.


Y vosotros no, no tenéis derecho ninguno. No os dejarán salir en pocos días, de hecho no saben ni cuándo.
En estos últimos días he hablado con mucha gente, intentado para ti una “moratoria” una excepción que permita que salgas a dar un paseo por el pueblo, eso que tanto ansias y tanto necesitas, pero todos mis esfuerzos han sido infructuosos. Nadie sabe cuándo podréis salir y no sé ni siquiera si lo han pensado.
Miro la televisión cuando explican las fases de la desescalada y espero con impaciencia conocer detales de qué podrá hacerse según avanzamos y no, no dicen nada de vosotros, los “expertos “con los que he hablado (médico de cabecera, servicios sociales Toledo, trabajador social de la zona etc) se extrañan que les pregunta tal barbaridad….-pero si es donde mejor están, me contestan.
¡Claro, a mí me gustaría ver cómo estarían todas estas personas encerradas durante tres meses y pico!
Porque es muy fácil decir eso, pero hay que vivirlo, teniendo en cuenta que la gran mayoría de nosotros, casi desde el principio de la pandemia allá por marzo, estamos saliendo, poco, pero lo estamos haciendo. Unos a comprar otros a trabajar y cada uno a lo suyo. Pero vosotros no, vuestra residencia fue de las primeras en cerrar, aquel fin de semana fatídico del siete de marzo y estamos a 12 de junio. Se dice pronto.


De todos estos expertos con los que he hablado me comentan que no os dejan salir por miedo al contagio y yo les pregunto ¿y si los trabajadores que salen y entran cada día en sus turnos laborales, introducen el virus a la residencia y se contagian los usuarios? No hay respuesta.

Todos coinciden en que hay que acatar las normas y los protocolos y que debo entender que esto es para todos….pero no es así, todos estamos saliendo y entrando, menos vosotros. Me dicen que entienda que es la mejor solución, que entienda que todo ha sido muy duro, que entienda que están con las manos atadas, que entienda que es por vuestro bien ¿y quién te entiende a ti?
Nadie puede entender como os sentís encerrados, privados de libertad, hasta la CE lo prohíbe; primero no os hacen caso y después os dejan encerrados, como niños rebeldes, castigados como si la culpa hubiera sido vuestra….y a mí se me cae el alma a los pies y las lágrimas por la mejilla porque no puedo hacer nada por ti.
Esta pandemia junto con los políticos que la gestionan, es lo peor que os ha pasado, la crueldad configurada en forma de decreto o protocolo que dicta o elimina derechos, en función de cuántas demandas me puedan caer encima, porque no es otra cosa que eso, el miedo a las demandas, no a vuestra salud. A la tuya le iría bien un paseíto y un café donde la Loly, pero te vas a quedar con las ganas, al menos por ahora.
Qué fue aquello del envejecimiento activo, ahora no es bueno.
Lo siento padre, pero por ahora no vas a salir y si a alguien no se le mueve la fibra, tardarás en salir, tú y todos los que como tú no habéis perdido la cabeza en el confinamiento como les ha pasado a muchos. Dejamos a nuestros padres bien y los encontrados postrados en un sillón con la mirada perdida en el techo o en la pantalla de un televisor al fondo de la sala común de la residencia.
Iré un día de estos a verte, como me dijo una de las personas con las que hablé: “podrás ir a visitarlo en la fase 3” y yo le contesté, no necesita verme, hablamos todos los días varias veces…… lo que él necesita es salir.

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