La cuerda de montes que se extiende de este a oeste entre Talavera de la Reina, Segurilla, Mejorada, El Casar, Gamonal y Velada presenta una sucesión de atalayas que confieren una peculiar originalidad al paisaje de nuestra comarca.
Estas atalayas vienen a ser pequeños torreones de vigilancia, construidos con mampostería de piedra y figura cilíndrica en la cota más alta de un monte. Es fundamental que exista visualización entre ellas para intercambiar avisos y señales.
Los arqueólogos coinciden en señalar el siglo X como la fecha de su primitiva construcción islámica: época de esplendor del Califato de Abderramán III y sus sucesores. Ahora bien, a lo largo de estos mil años de historia, han sufrido numerosas destrucciones y reconstrucciones.
En la actualidad muestran aún el estrago del tiempo y las heridas que les han infligido las guerras. Por ello, nuestro poeta José María Gómez las contempla con emocionada ternura y ha visto en ellas un símbolo de lo humano.