OPINIÓN

OPINIÓN | 'La manipulación del miedo', por Carlos Leopoldo García

Redacción La Voz del Tajo | Lunes 25 de mayo de 2020

“El miedo es el mejor instrumento del que disponen los dirigentes, políticos o religiosos, para mantener a raya al pueblo” Esta frase, que pertenece a un gran escritor (C L GAL) viene al pelo para encabezar este artículo. La crisis del coronavirus ha supuesto un gran trauma, un parón en nuestras vidas (y en la de nuestra huella en el planeta, afortunadamente) del que deberíamos extraer conclusiones positivas y que, además, debería hacernos reflexionar sobre la facilidad con la que pueden ser manipuladas las masas. Algo que estábamos acostumbrados a ver en los paraísos comunistas o en las dictaduras fascistas (término éste muy utilizado por la izquierda redentora y progresista), hemos constatado que puede ser útil también en países demócratas. De hecho, se ha puesto en marcha con una facilidad pasmosa, gracias a la conveniente utilización de la palabra talismán: el miedo.

Es normal y comprensible que se tema a lo desconocido y, en este caso, al virus que ha ocasionado miles de muertos en todo el mundo; se trata de algo desconocido, un enemigo invisible al que la humanidad jamás se había enfrentado (aunque sí ha conocido muchas otras pandemias) y contra el que carecíamos de armas eficaces para combatirlo. La única medida que parecía eficaz para frenar su expansión era la reclusión obligatoria de toda la población, privándola de su libertad y de sus derechos constitucionales de manera transitoria, en beneficio de toda la sociedad. Algo comprensible si se aplica con tiento, mesura y proporcionalidad (palabra muy de moda entre los políticos actuales), pero que supone una tentación para los gobiernos con aspiraciones totalitarias que utilizan el miedo para mantenernos maniatados, mientras aprovechan la coyuntura para aprobar leyes y decretos por la puerta de atrás y sin los controles necesarios en cualquier estado de derecho.

Este parón obligatorio ha traído de la mano al otro de los juguetes favoritos de los revolucionarios bolivarianos: la ruina, la pobreza y la dependencia provocada por el paro masivo. Estas dos armas, miedo y miseria, son la infantería de combate con la que han triunfado a lo largo de la Historia los gobiernos totalitarios estalinistas, de los que conservamos hoy algunos ejemplos en Cuba, Venezuela, Nicaragua, Corea del Norte o Turquía, entre otras.

Del mismo modo que lo han hecho los nazis y los gobiernos fascistas. De nosotros depende saber racionalizar el miedo, valorar las medidas preventivas y los riesgos, haciendo compatible el desarrollo de nuestras actividades sociales y laborales con los cuidados necesarios para evitar contagios. Se trata de alentar el sentido común en una sociedad a la que suponemos madura para gestionar por sí misma los riesgos, sin que el Gran Hermano se haga dueño de todos nuestros movimientos, nos controle, nos dirija y nos maneje con su arma preferida: el miedo.

Carlos Leopoldo García Álvarez


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