En las últimas semanas estamos expectantes ante un progresivo desconfinamiento tras el azote que nos ha propinado esta súbita pandemia al conjunto de la sociedad.
Muchos de nosotros, amantes de los viajes, escuchamos atentos las medidas que se van anunciando día a día. Mientras, fijamos el punto de mira en lugares poco concurridos donde, si todo marcha bien, poder satisfacer esas necesidades que todo aficionado a la geografía siente con la llegada del buen tiempo.
En las próximas líneas os proponemos auténticos planes e ideas para un desconfinamiento rural, merecedor categórico de nuestras visitas y de nuestro apoyo. Más si cabe tras su incansable labor en el abastecimiento de recursos alimentarios a toda la población. Por cierto, una de las pocas industrias (la agroalimentaria) que no ha cesado su producción durante la hibernación que está sufriendo nuestra economía.
VALDEVERDEJA: DESCONFINAMINENTO EN UN CRUCE DE CIVILIZACIONES
Valdeverdeja estuvo poblado ya desde la Prehistoria como demuestran los asentamientos de Bercenuño y la Facciosa, adscritos a la Edad del Bronce. Para los árabes esta zona tuvo un gran valor estratégico y defensivo, teniendo como centro político y administrativo del territorio la cercana ciudad de Vascos. Este asentamiento arqueológico también es visitable y por supuesto, recomendable.
Este municipio, además de estar enclavado en un entorno natural salvaje entre dehesas y berrocales, posee importantes hitos arquitectónicos como la Plaza Mayor, la Iglesia de San Blas o los Molinos de las Aceñas de los Rebollos. Estos últimos están clavados a los pies de las tajas esculpidas por el río en esta zona del oeste toledano. Un municipio con grandes atractivos catalogado como lugar de interés comunitario (LIC).
Esto ha sido solo un pequeño aperitivo que queremos ofrecerte para ir abriendo boca y apostar, hoy más que nunca, por nuestros pueblos, por nuestra cultura y, en definitiva, por nuestro territorio. De él tenemos mucho que aprender y aún más si cabe, que preservar.
Texto: Daniel Casas