La música se ha convertido en una constante ante la crisis del coronavirus. En cualquier lugar del mundo, y Talavera de la Reina no es una excepción, vecinos salen al balcón para deleitar al resto con una melodía.
La música, ya sea con un instrumento -en este caso con un violín- o con canciones, se une a los aplausos que cada día suenan desde los balcones, ventanas y terrazas para homenajear la labor de los sanitarios y agradecer también el trabajo de los profesionales de servicios básicos que no han parado su actividad pese a la epidemia.
Los aplausos y acordes musicales -como el que muestra la fotografía de Valeria Cassina- se han convertido en un bálsamo durante la epidemia. No es difícil escuchar a la gente pedir “otra” un “bis”, algo casi impensable si no estuviésemos en estas situación.
Con cada nota el ánimo de los ciudadanos crece. Y casi como por arte de magia, y con el Do, Re, Mi, Fa, Sol, La, Si, vecinos que, tal vez no se hayan dirigido la palabra, nada más que para un saludo “cortés” o “frío”, ahora sepan su nombre, profesión, teléfono... y cuando esto termine, tal vez, queden para tomarse un café. y rememorar las charlas en la distancia, esa distancia que nos separa y une al mismo tiempo.
En estos días de confinamiento, de contagios, muertes, altas hospitalarias, fases, propuestas, quejas y “sabios mil”, quedémonos con que la música y los aplausos han unido a los seres humanos.
Termina abril. Se va un mes sin las Mondas en la calle, sin fiestas en pueblos, sin bares llenos...
Arrancamos abril del calendario como sucedió con parte de marzo: con la esperanza de que el próximo mes nos permita recobrar la “libertad”, poco a poco. Porque como los buenos platos, la desescalada. la vuelta a la “normalidad”, se hace a fuego lento: con el “chup, chup” y el “Do, Re, Mi”.
LA VOZ DE VALERIA
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¡Foto: ‘Imágenes de una cuarentena: pues... el coronavirus nos ha hecho más humanos ¿no?’, por Valeria Cassina