En estos días, el personal sanitario de nuestro hospital está demostrando, como el del resto del país, que se merecen todo nuestro respeto por la manera en que están dando lo mejor de sí mismos.
Sacar adelante a las personas que se están viendo más afectadas por COVID19, y todo ello en unas condiciones que nadie desearía de escasez de recursos materiales y humanos, es digno de respetar y así lo hacemos con los aplausos diarios de las 20h. Y es en esa situación límite a la que se están viendo sometidos en la que nos están enseñando algo más que su valía profesional, fuera ya de toda duda por si alguien la tuvo en algún momento. Nos están dando un gran ejemplo de cómo comportarnos para afrontar, y superar, esta crisis. Me siento muy orgulloso, y más en estos tiempos, de tener amigos, conocidos, compañeros, trabajando dentro del Hospital de Talavera. Personas que antes de que todo esto pasara ya me mostraban su amor por su profesión, y que también me hablaban de su día a día, con sus momentos buenos ayudando a salvar y cuidar vidas, y no tan buenos: sus normales choques con compañeros y jefes dentro de su servicio, o con otros servicios; de sus desavenencias con la propia gerencia del hospital; de sus reivindicaciones para que los pacientes estuvieran mejor cuidados pero que no eran atendidas por la dirección y que encima hasta eran mal vistas por la población en general; en fin, de lo que viene siendo el día a día de un centro de trabajo con una plantilla tan grande como la del Hospital.
Pero en estas semanas de crisis lo que me están transmitiendo, que viene a aumentar aún más el amor que les profeso, y que es lo que me gustaría recalcar con estas líneas, es como están siendo capaces de dejar todas esas diferencias a un lado por el bien de los pacientes, por nuestro bien. Están trabajando más horas de las que les correspondería a sus turnos habituales (ya de por sí algunos muy cargados de horas); apoyan a otros servicios porque son conscientes de dónde se encuentran las prioridades ahora; están haciendo guardias (que antes se les negaban a pesar de solicitarlas) para poder atender mejor a las personas que están ingresadas; están moviendo Roma con Santiago por poder conseguir recursos, en un mercado actual que es un auténtico caos, para los profesionales del hospital y para hacer la estancia más confortable a quienes están ingresados y no pueden contar con la presencia que desearían de sus familiares; en definitiva, están trabajando al unísono como un único ser perfectamente diseñado para cuidarnos y salvarnos de esta amenaza.
Y es que es, en estas condiciones de tensión, en las que esa unidad por un bien mayor está consiguiendo los mejores resultados, y ese es el ejemplo, la unión, además de la devoción por su trabajo, que deberíamos aprender de todas estas personas en estos días tan extraños para todos. Es cierto que es un ejemplo que también nos enseñan otros colectivos y personas en nuestra ciudad y que sin duda merecen su reconocimiento. Tiempo tenemos ahora para reconocérselo en otros escritos y así se hará. Pero hoy me gustaría poner el foco en nuestro increíble equipo de personas que trabajan en el hospital, desde el personal de seguridad, pasando por celadoras y personal administrativo, cocina, mantenimiento, etc..hasta llegar al propio personal sanitario y directivo.
Para que nos acordemos, cuando todo esto pase, que debemos estar con ellos cuando reivindiquen mejores condiciones en sus puestos de trabajo porque lo hacen por nuestro bien; que tendremos que apoyarles cuando soliciten más medios para el Hospital porque eso repercute en nuestro bienestar; en resumidas cuentas, que habremos de defender nuestra Sanidad Pública porque es el mejor valor que tenemos en momentos de crisis y porque, además, nos están mostrando el camino para salir más fuertes de ésta: dejar atrás lo que nos pueda separar y sumar fuerzas por lo que nos une. No sé si algún día les podremos agradecer lo suficiente lo que nos están enseñando, aún así, gracias, gracias, y mil veces gracias.
Se os quiere más que nunca.
Juan Pedro Ayuso.