La iglesia del convento de Madres Bernardas de Talavera de la Reina (Toledo) ha abierto sus puertas desde primeras horas de este viernes para los talaveranos cumplan con la tradición y la devoción de acudir al besapiés del Cristo de Medinaceli.
Este año el tradicional besapiés ha estado marcado por el temor al cornavirus, ya que desde la Diócesis de Toledo se ha prohibido su realización para evitar posibles contagios. Esta medida preventiva ha 'mermado' la asitencia respecto a años anteriores.
Al venerar la imagen, se pide que “el gesto se realice de forma que pueda evitarse contagios no deseados, tal y como se está realizando estos días en otras regiones de nuestro país”. El besapiés de Cristo se “puede sustituirse por una sencilla inclinación de cabeza ante ellas”.
TRADICIÓN
Esta tradición se remonta a 1945 cuando un matrimonio de la ciudad donó la imagen del Cristo de Medinaceli al monasterio de las Madres Bernardas, que proyectaron el culto todos los viernes del año, aunque pronto optaron por dejarlo en el primer viernes del mes de marzo, como también sucede en Madrid.
Las peticiones de los talaveranos de estos últimos años se refieren a la salud y al trabajo, al tratarse de una de las ciudades españolas con mayor índice de desempleo.
CAMBIOS POR EL CORONAVIRUS
En la capital de España, y debido al coronavirus, también se ha suprimido la celebración del besamanos a la imagen de Nuestro Padre Jesús del Perdón. También lo ha hecho la Cofradía del Rocío, de Málaga, “siguiendo las indicaciones del Obispado”. Al igual que el Cristo del Rescate de Granada, que no se podrá tocar. El Nazareno de Valladolid tampoco se podrá besar ni tocar.
Así, las diócesis de Cartagena sino otras, como la de Ávila y Badajoz, han propuesto que “los gestos de besapiés o besamanos” se sustituyan por otros, “como puede ser la inclinación de cabeza ante las sagradas imágenes de nuestro Señor o su Madre”.