OPINIÓN

Controversias

Carta del Director

En recuerdo a Mª Ángeles Santos

Alberto Retana | Viernes 24 de enero de 2020

Cuando a las 8:00 de la mañana de este 23 de Enero un buen amigo te hace comenzar el día con un 'Felicidades!' uno piensa en las amarguras y alegrías que proporciona esta profesión dedicada a la comunicación.

San Francisco de Sales es hoy celebrado como patrón de escritores y periodistas. Hoy, tan sólo cuatro días después de conocer que mi compañera, periodista de raza, Mª Ángeles Santos se ha ido para siempre. 'Controversias' fue su primera obra y no hay nada más controvertido que la comunicación, sobre todo a la vista de lo mal tratada que está la profesión en los últimos tiempos.

Es posible que por culpa de la facilidad de crítica de cualquier usuario de las redes sociales o porque criticar es gratis o, quizá, porque la profesión política se ha autoinstalado en el rincón contrario con intención de 'mantener' a raya a esos perennes críticos llamados medios de comunicación.

Tan importantes son, hoy, periodistas y comunicadores como las propias empresas mediáticas. Sin todos ellos el mundo sería diferente, mucho peor.
Hace tiempo lo comentaba con un concejal: cuánto se echan de menos los medios cuando se pierde su independencia, cuando la dictadura no deja paso sino a la censura, a las crónicas partidistas, a las noticias sesgadas...

Aún en este siglo XXI la censura y el desprecio a los medios, por parte de algunos, sigue presente en mil formas y maneras pero la única posibilidad de potenciar nuestra libertad es valorar a los medios de comunicación, a sus comunicadores (porque la información, si no se comunica, no existe) y a la diversidad de opinión.

El periodismo genera pensamiento, crítica y opinión en ámbitos (como el político) en que, de otro modo, quedaría inhóspito al común de los ciudadanos pese a ser ámbitos donde se decide gran parte de su vida diaria. El periodismo acerca el mundo a todos y sirve para conocerlo y, quizás, hasta para intentar cambiarlo.

Por todo ello doy gracias a mi familia y a los cientos, miles, de amigos, lectores, clientes grandes y pequeños, los cuales permiten que la verdad y la libertad de pensamiento, a través de medios como el que me honro en dirigir, siga siendo sustento vital para una sociedad cada vez más enrarecida.

Gracias por dejarme (dejarnos) seguir comunicando.

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