Redacción La Voz del Tajo | Viernes 24 de enero de 2020
Este 15 de enero pasado nos dejaba, en Talavera de la Reina, Olvido Benito Martínez, todo un referente en la sociedad talaverana y para la Cruz Roja.
A continuación reproducimos el texto de Juan Carlos Santos, presidente de Cruz Roja en la provincia de Toledo, sobre Olvido de Benito:
Recientemente ha fallecido doña Olvido de Benito, una persona muy especial, una ciudadana muy comprometida, una mujer innovadora, incansable, que no se permitía la indiferencia ante los problemas de los demás.
Olvido, como la conocíamos en nuestro entorno, y creo que en toda la ciudad, encauzó su acción hacia las personas vulnerables a través de Cruz Roja Española, Institución que dirigió casi dos décadas (años 70 y 80) con una dedicación admirable, anteponiendo su acción voluntaria a su vida personal, trabajando para que los pasos de la Institución cada día fuesen más firmes y mejor dirigidos para una mayor capacidad de atender a las personas.
Como Presidenta de Cruz Roja hasta 1987, consiguió unos hitos importantes que marcaron el devenir de esta Institución en Talavera de la Reina y su comarca.
Bajo su dirección y en tiempos que no existían otros medios, se fomentó la donación de sangre a través del Banco de Sangre de Cruz Roja. Se dio una respuesta contundente a uno de los principales problemas de la época: los accidentes en carretera, poniendo en funcionamiento el primeros auxilios en la N-V. De sus manos aparece Cruz Roja juventud, junto a un grupo de entusiastas jóvenes, que crearon algo tan recio, que en breve tendrá una historia de 50 años. Y cuando digo “innovadora”, el paradigma pasa por disponer, por crear, en Talavera de la Reina una unidad de Cruz Roja del Mara, si, están leyendo bien… el fin esencial, el objetivo fue actuar en el pantano de Cazalegas, en aquellos tiempos con una altísima concurrencia de bañistas y de problemas.
Otra importante tarea que destacar fue la atención a las personas vulnerables, y esta parte, Olvido de Benito la realizaba con un fiel reflejo de su personalidad, de sus creencias, de su amor a la vida, de su cariño hacia las personas que necesitaban ayuda.
Hace unas fechas despedíamos a una gran Talaverana, a una mujer que dedicó parte de su vida a una Institución singular, y, a través de ésta, a una importante cantidad de personas que de una forma u otra, en algún momento, necesitó ayuda y… la obtuvo.
Estas líneas no pretenden ser más que un pequeño homenaje, un reconocimiento social merecido, un recordatorio hacia una persona esencial para otras muchas, entre las que me encuentro.
Recibe, en tu Paraíso, un abrazo muy fuerte.
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