OPINIÓN

En Talavera, como en Francia

Felipe Medina | Martes 21 de enero de 2020
Ni el socialista Pepe Bono, presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha entre 1983 y 2004, ni su sucesor José María Barreda, entre 2004 y 2011, ni tampoco la popular María Dolores de Cospedal, entre 2011 y 2015 ni el actual presidente, el socialista Emiliano García Page que lo es, desde 2015, han prestado la dedicación y atención que merecen y necesitan Talavera y su comarca. Simplemente, tras afianzar sus correspondientes masas de votos y venir esporádicamente a Talavera a lanzar falsas promesas, mentiras y pamplinas, han dejado a Talavera y su comarca postergada y relegada en la noche de los tiempos. La alta tasa de paro, despoblación, falta de inversiones e infraestructuras por parte de las Administraciones, son solo algunas de las necesidades y precariedades de nuestra Ciudad y nuestra Tierra.

Organizaciones como SOS Talavera y Comarca, Mesa por la recuperación de Talavera y su Comarca, Federación de Asociaciones de Vecinos “Vegas del Tajo” y los diferentes colectivos vecinales de Talavera, llevan años luchando con ahínco, firmeza y perseverancia para que Talavera y su Comarca salga de ser zona desprotegida, menospreciada y sus habitantes, ciudadanos de tercera. Sin embargo, los denodados esfuerzos, en casi todas las ocasiones han sido estériles y sus voces casi siempre han llegado a oídos sordos.

Han sido muchas las manifestaciones que se han realizado en Talavera en demanda de nuestros derechos, precisamente ya se ha cumplido una década de la histórica manifestación en en la que 40.000 personas salieron a la calle para protestar por el estado del Tajo y contra el Trasvase. A pesar de que los talaveranos gritamos alto y claro para que se hiciese justicia apenas ha habido avances.

En todos los aspectos, se echan de menos políticas reales y una justicia que nos equipare al resto de comarcas y provincias de la Comunidad de Castilla-La Mancha.

La Administración es demoledora e insultante con Talavera y su Comarca. Es incontestable que merecemos el trozo proporcional de tarta que nos corresponde, sin embargo, solo nos llegan migajas. Su trato vejatorio nos lleva a postrarnos en la incertidumbre, el desequilibrio y el retroceso.

A lo mejor, es que en Talavera no sabemos protestar, condenar y exigir lo nuestro. Quizá, probablemente, tal vez, en Talavera, tendríamos que aprender a hacer manifestaciones, a la usanza de nuestros vecinos los franceses que no consienten se falte al respeto a sus ciudadanos y se les reste un ápice de sus derechos.

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