OPINIÓN

La aventura acabó regular

David Martínez | Martes 14 de enero de 2020

Llevo media vida escribiendo necrológicas de gente con la que me relacioné o mantuve amistad o formaron parte de la cuadrilla íntima de la vida. Me mueve un sentimiento de fragilidad, de sentir frágil la línea de la vida que debe ser reforzada por lo escrito que considero un cimiento perdurable. Para que los que nos dejan no lo hagan como un mutis teatral sin público. Para que el dolor, el reconocimiento o la memoria trascienda el ámbito de la familia.

Este escrito es sobre Manuel Muñoz Moreno, periodista y poeta pero sobre todo un corazón gigantesco que aplicó a hacer felices a sus amigos. Ha muerto en Ciudad Real, su provincia y está enterrado en Argamasilla de Calatrava, su pueblo.

Ser de Ciudad Real y de Argamasilla no le ha impedido tener que ver con Talavera de la Reina. Traigo aquí esta memoria porque fue la voluntad de piedra de la que siempre hizo gala, la que allanó el camino de unos periodistas talaveranos que toreaban como podían el malvivir de esta profesión a principio de los 80.
Manuel llega a Talavera para casarse con Begoña Mansilla. Como decía aquel panfleto que su cuñado, José Antonio Casado, preparó para su boda: “En la provincia del bolo se casa Manolo con una talaverana….” Al tiempo que esto sucedía, trataba de publicar y publicaba en la recién creada Voz del Tajo unos poemas gigantes. Una vocación poética que no le ha abandonado y que está ahora mismo a expensas de la publicación de su última libro.

Pero no sólo de poemas vivía Manuel. Como jefe de prensa del Ayuntamiento de Puertollano con el recordado Ramón Fernández Espinosa, maquinó un periódico para que los socialistas de Ciudad Real pudiesen hacer frente a aquel vetusto Lanza que durante los primeros años de la Transición destilaba el aroma falangista que había sido su sabía y su sustento. Así llegaron los originales de El Manchego a Talavera de la Reina. Se confeccionaba e imprimía en La Voz del Tajo y se repartía en Ciudad Real.

Al poco, la fortuna electoral cambia para los socialistas de Ciudad Real y Manuel ocupa el cargo de Jefe de Prensa de la Diputación Provincial. Una Diputación propietaria (aún hoy) del ya mentado diario Lanza. Y en este minuto convergen dos proyectos: el de la Diputación volcada en modernizar la imprenta provincial y democratizar Lanza y el proyecto de un puñado de periodistas de Talavera pendientes de poder cobrar a fin de mes. La Diputación necesitaba profesionales y los profesionales talaveranos necesitan salidas. Y la mano de Manolo confeccionó el traje donde cupieron ambos proyectos.

Esta aventura es conocida en Ciudad Real como el trasvase Tajo-Guadiana que tanto entretuvo a unos caciques perplejos de que el periodismo de Ciudad Real cambiase a manos de unos forasteros que además eran todos del mismo pueblo: Talavera de la Reina.

Partieron hacia Ciudad Real (y allí siguen) montadores y periodistas de La Voz para cambiar la imprenta provincial y el Lanza. Este cambio en el ajado periódico fue la mayor afrenta que pudieran recibir las instaladas cabezas rectoras del periodismo ciudadrealeño: José Antonio Casado es nombrado director de Lanza. Y como quiera que Antonio Villarroel es nombrado director de Radio Socuéllamos de Radio Cadena Española y yo me incorporo al Gabinete de Prensa de la Diputación y posteriormente a la redacción de Lanza, los denunciadores del taimado trasvase Tajo-Guadiana no salían de su asombro ni cesaban en su denuncia. Fue un tiempo tenso y muy complicado para el ejercicio libre del periodismo. Para el ejercicio rutinario del periodismo todo tiempo es bueno.

La aventura terminó regular: Manolo y José Antonio cuidaron de mí y de mi familia en unos tiempos procelosos en los que había que protegerse a diario de las pedradas que podían descalabrarte y que eran lanzadas por un ejército mixto de logreros y caciques. Terminaron por acertar. A José Antonio y a mi nos expulsaron del paraíso. Creíamos que nos enfrentábamos a tigres de papel y los tigres resultaron serlo de verdad.
Manolo: que la tierra te sea leve y gracias por todo.

Enrique M. de la Casa, director de la UNED en Talavera

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