OPINIÓN

YESTERDAY

La Orilla Derecha

Rafael de la Cruz | Domingo 24 de noviembre de 2019
Yesterday, love was such an easy game to play
Now I need a place to hide away
Oh, I believe in yesterday
Why she…

No podría decir que lo menos importante era aquella eterna melodía de los Beatles. Por supuesto que colaboraba, cómo no, en crear un ambiente más propicio para dar rienda suelta a la salvaje naturaleza de mi primera juventud.
Podría ser metafórico o almibarado pero hoy toca ser real, hoy corresponde ser fiel a los recuerdos de aquellos momentos en los que el poder de la carne estaba por encima de cualquier sentimiento más platónico o "puro".
En un salón de actos, más o menos por estas fechas, un grupo de colegialas ensayaban la actuación que llevarían a cabo en Navidad. Una coreografía sobre la música del grupo de Liverpool. Pero volveré a la sinceridad más absoluta. Mi vista, ¡qué digo mi vista! Todos mis sentidos permanecían hipnóticamente pendientes de una de esas chicas, ajenos a cualquier otro estímulo. Han pasado los años y jamás olvidaré aquel cuerpo simplemente adornado por unos tejanos y un maillot negro ceñido que permitía a la imaginación completar una anatomía que para entonces era sólo para mi el lugar utópico del que la literatura me hablaba.
Poco importa quien era ella, poco importa incluso la voz de Paul McCartney, lo importante de aquel día es que algo cambió en mi. Algo que aún pervive, a pesar de la enemistad de la edad. Aquel día del invierno manchego descubrí a la mujer, se apoderó de mi el "eterno femenino" y jamás me abandonó esa pulsión por la belleza, la inteligencia y la sensualidad que me poseyó ayer y lo hace aún algunos años despues.