Comida sorpresa para despedir a Toño

Por sorpresa fue la cita y Antonio nada conocía al respecto. Juan Atenza -el jefe- se lo llevó a comer a los Salones del Beatriz como si de algún dia normal se tratara. Y allí se encontró con una de las sorpresas más grandes de su vida: cerca de un centenar de los que habían sido sus compañeros le esperaban para tributarle un cariñoso homenaje de reconocimiento. Cómo no, cómplices sus tres hijos, dos yernos, su nieta y nieto, amén de un buen número de los que habían formado parte de su vida activa durante los 42 años que Antonio Segura Fragoso ha permanecido entre las paredes del Centro. Roberto Sabrido, Salva Mateo y Rosa, Castellote y Begoña, y otros venidos de fuera como Javier -médico de familia en Losar de la Vera- o José Luis de los Muros, amén de los ya jubilados como Lola, Carmen Rodríguez, Isabel Ramos, Igroso y otros muchos. Comida y acto final sellaron un día muy especial para Toño con recuerdos emocionados para Montse, que seguro estaba pendiente de todo, su esposa fallecida hace na -no podía ser de otro modo- y en el que Rubén -atinado sustituto del Ciego del Berrenchín- le dedicó un hermoso soneto y Juan Atenza glosó su trayectoria profesional y humana. Referirla aquí, por lo meritoria, extensiva y singular, se haría eterno, aunque muchos de nuestros lectores conocerán a Antonio Segura Fragoso por su generosidad y altruismo para con el deporte local, siendo el médico participativo muchos años del desaparecido ADAT o prestándose a asistir a otros eventos deportivos como vigilante sanitario. Desde este medio te deseamos, Toño, una larga vida, ahora que otras ocupaciones te tendrán activo como son velar aún por tus hijos, tus dos preciosos nietos y esa investigación -tu otra enamorada- que seguro ocupará tu ocio y tu tiempo. Un fierte abrazo, compañero y, sobre todo AMIGO.