Descansa en paz, amigo José Luis.
Esta madrugada, a los 57 años, el policía local de Talavera José Luis Díaz Álvarez, querido y conocido por todos como “PEPE MOTO” nos ha dejado para siempre. Será enterrado mañana lunes a las diez de la mañana
IGROSO | Domingo 13 de octubre de 2019
Hay noticias que a los que estamos inmersos en el mundo de los medios de comunicación no nos gusta dar. Y mucho menos cuando se trata de comunicar el fallecimiento de los amigos, como es el caso de José Luis Díaz Alvarez, que nos ha dejado este domingo 13 de octubre de madrugada. Pero como la vida viene como viene y ante ella los humanos -mortales en suma- poco podemos oponer, tan solo recordar los buenos momentos que este comunicador ha vivido con Pepe “MOTO”, como así era conocido en toda Talavera y comarca por la pasión que sentía por los vehículos de dos ruedas. Pepe no ha podido superar una penosa, y súbita enfermedad, que en pocos días se lo ha llevado por delante con tan sólo 57 años y cuando anhelante contaba los días para poder jubilarse de policía municipal y junto a su amada Tere poder disfrutar del tiempo que la vida les regalase a ambos. Se han truncado sus proyectos, nos hemos quedado sordos sin sus chascarrillos y anécdotas y hoy tan sólo lloramos mientras insertamos estas líneas que nos sobrecoge el corazón y nos desgarra el alma. Ya no habrá cañas en el bar que tu Tere regenta en la Avenida de Francisco Aguirre, ni en la terraza del Toni con un cigarrillo entre los labios mientras hablamos de nuestro pasado, presente y futuro. Tampoco oiremos el rugir de su moto a su llegada y su despedida. Y ésta tendrá lugar este lunes a las 10 de la mañana en el cementerio municipal de Talavera, donde velan sus restos su esposa Tere, sus dos hijas, su hermana Tere, sus familiares y sus muchos amigos y compañeros, a los que desde aquí queremos transmitir nuestro cariño en momentos tan duros. Un abrazo fuerte a todos, porque conjugar los tiempos verbales en pasado deja un sabor ácido, un extraño regusto de desazón en el fluir de las palabras. Por eso ahora nos corresponde quedarnos en silencio y sobrecogidos de dolor, amigo Pepe MOTO. Descansa en paz.
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