OPINIÓN

José BONO: “Les voy a contar”

El ciego del Berrenchín | Domingo 13 de octubre de 2019
Siendo presidente de Castilla-La Mancha, don José Bono Martínez editó una revista monográfica sobre sus viajes y actividades por nuestra región, que fue muy criticada por la oposición que tachó aquello de propagandístico y de haber sido sufragado a cargo del presupuesto regional. Podía ser allá por 1992, aunque nuestro ciego no lo recuerda con exactitud, y cabe que fuera el inicio de lo que posteriormente él ha denominado su diario personal, que editado posteriormente en el libro “Les voy a contar” recoge el día a día de su actividad pública de cinco años. Sea así o no, nuestro vate lo reflejaba, por entonces, de esta manera:

Señor yo solo soy un juglar
y de este pueblo un cantor
que canta el sentir popular
y no tengo nombre, señor.
Cierto que en mi ver oscuro
no tengo a fin molestar,
mas a veces mi cantar
suele ser el canto de un duro,
porque vengo a denunciar
artimañas que procuro
de este pueblo erradicar.
Y es por eso mi romance,
el que les vengo a contar,
que tiene a mi gente de trance
y al Partido Popular.
Pues dicen que no es decente
que ahora nuestro Presidente
se convierta en escritor
y se mute por la gente
que se rebela a su suerte
de una frente con sudor.
Dicho en mi boca es cierto,
¿pero en verdad don José,
como que este ciego no ve,
que ha dejado usted abierto
lo que usted sabe y yo sé?
Que repartir los paquetes,
don José de esta Castilla,
son pura mentirigilla
sin padecer de diabetes.
Que siendo cristiano beato
no me suena a mí aventura
hacerse monja de clausura,
siendo sólo por un rato.
Dudas más, tengo Señor,
y no por ser ignorante,
mas me resulta insultante
que se diga usted pastor,
o ecuatoriano inmigrante
y juegue a vendimiador.
Pues desconoce el sudor,
la miseria, la pobreza,
los dolores de cabeza...
No me sea especulador.
No juegue usted, don José,
con la ímproba labor
que tiene el educador,
con la angustiosa vejez,
o las tareas de una casa
que nunca hace su mujer.
Y si como dice es verdad
que ha ayudado al basurero,
pregúntele por caridad,
cómo es la cuesta de enero
que dura... hasta Navidad.
No me sirven, don José,
tan llamativas visitas;
¿Son sus formas eruditas
que huelen a paripé?
¿No han tocado ya arrebato
y es buena forma, y lo sé,
de queste nuevo cuché
refleje su apuesto retrato?
Mas estando en esta tierra
donde Sancho dio lecciones
es menester quien se aferra
a insertar unos renglones
en época de elecciones
y a no decir que hay profesiones
que bien se merecen más perras.
Y quiero ya concluir
este romance sincero.
Se puede usted confundir
por su trajín palaciego,
mas no se cambie por mí,
que yo prefiero ser ciego
para seguir con mis coplas
clamando justicia al cielo.
Pues no es decente papel
ser sólo por una horas,
vendimiador en Daimiel,
cocinero aquí en Toledo,
monja en Villarrobledo
o un simple cabo furriel
en nuestros Quintos de Mora.
Que ya me suena a guasa
y me produce un rubor
que me sonroja la cara,
ser una dama de casa,
por unas horas pastor,
y maestro en Guadalajara.
Tú, dueño de este cortijo,
olvídate de aventuras
y cambia tu sueldo fijo
a quien coge las basuras.
Luego escribe cien libros,
protagoniza mil vídeos
y tendrás en este ciego
un ferviente admirador
por los siglos de los siglos.

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