OPINIÓN

Animales y demás amores

Escritos en familia

Mª Elena Paniagua | Martes 24 de septiembre de 2019
Me llama poderosamente la atención en cómo va derivando el tema animalista. Y créanme que no me gusta, la verdad, no les voy a engañar saben que la hipocresía y yo, somos malas amigas.

Pero me gustó mucho la conversación que mantenía hace poco con Jesús, el hijo de unos amigos, en una de estas cenas de verano, en el jardín de su casa.

Me explica Jesús que: “el ser humano no comprende al ser humano, porque no conoce su naturaleza espiritual, que es lo que le hace tener una dignidad incomparable a la del resto de la creación física (esta naturaleza se manifiesta en la inteligencia y la voluntad). El hombre ha quedado reducido a un mix de emociones e impulsos y a satisfacer ambos, todo esto determina su manera de conocer y de actuar (negación de la libertad). En efecto, se ha reducido al hombre al nivel de los animales, por eso hay quien no sabe distinguirlos” y es capaz de poner a estos por encima de aquellos.

Ciertamente es así, pretendemos elevar la dignidad de los animales a la de las personas.

No confundirse con poder maltratarles, que no es a lo que me estoy refiriendo; simplemente es ordenar las ideas, cada uno debe ocupar su lugar y las personas están por encima de los animales, ¡muy por encima!

Y continúa Jesús: “en segundo lugar, sucede que el hombre moderno ha abandonado su capacidad de amar en el sentido más propio del término: amar con amor de entrega. Ahora sólo "ama" con un amor sentimental, puramente emocional, un amor muy pobre. Este amor meramente emocional es el que pueden vivir los animales y compartirlo con los hombres. Y el hombre moderno ha escogido amar a los animales antes que a los otros hombres, porque los animales también "valen" para intercambiar emociones y además no hacen nunca el mal (resulta que nunca hacen el mal, pero tampoco el bien, porque no pueden realizar actos morales debido a que no tienen ni libertad ni inteligencia)”

A mí me asombra mucho lo que algunas personas son capaces de hacer con y por los animales, sin embargo probablemente no suelten nunca una limosna a un pobre que esté pidiendo, no diré que se lo lleve a casa a comer, sería exagerado…pero también es exagerado lo que se puede llegar a gastar en un animal y eso no escuece. Ciertamente que cada uno elige cómo gasta su dinero y en qué emplea su tiempo, pero la sociedad es muy cambiante y por ejemplo somos capaces de alimentar cuatro perros y sin embargo no tener hijos….

No voy a entrar en cómo se mantiene el sistema de pensiones pero los animales de compañía no cotizan, esto no es que lo diga yo, es una realidad, ahí lo dejo.

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