Moisés de las Heras
Irene González Moreno | Miércoles 23 de abril de 2014
¿Está usted en contra de las Comunidades Autónomas? No, siempre y cuando sean Autónomas.
Pero es que no son Autónomas, ese es el problema. Porque cuando uno pide ser Comunidad Autónoma debería ser en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad y hasta que la muerte le separe del Estado, y no este adulterio de entro y salgo y esta casa de tócame Roque, ahora pido, ahora exijo, ahora por mi cuenta, ahora lloro, ahora que te den y, cuando la cosa va bien, pa mí, y cuando va mal, pa ti. Aquí uno, o está casao o está soltero, pero no ambas cosas. A aclararse.
¿Y qué es eso de que los bienes son gananciales cuando quiero y cuando quiero “separación”? Para ser Comunidad Autónoma se es Autónoma con responsabilidad, asumiendo consecuencias, y no esto de yo me lo guiso y me lo como, según capricho, como un adolescente que se va de farra y encima le llama al padre de tú. ¿Que mi Comunidad tiene déficit? Apechugo, calladito y sin pedir, que para eso soy autónoma. Y si no, no seas autónoma ¿Qué no tenéis trabajo?
Les buscas curro “tú” a “tus” ciudadanos, pero deja al Estado en paz, que sólo te acuerdas de él para llorarle y no esto de que trabaje otra comunidad por ti, porque eso dice la Constitución. ¿Los derechos pa mí, las facturas pa ti? Pues no. ¿Qué tú te fundes tantos mil en funcionarios?
Pues “tú” les cobras a “tus” ciudadanos y se lo explicas “tú” a ellos, y nada de pedir. Y si no te parece, pues dejas de ser Autónoma y que el Estado maneje tu sanidad, tu educación, tu justicia y decida cuántos funcionarios hay en tu Junta. Que aquí, o nos apretamos todos o tiramos el presupuesto al río.
Vamos, hombre.
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