Emilio Jiménez
Redacción La Voz del Tajo | Miércoles 23 de abril de 2014
Aún no nos hemos acostumbrado en el alfoz gamonino a la falta de Benito Garrido, el primer alcalde votado por el pueblo que asistió a las Mondas.
Por ello, algunos ojos buscaron su corbata roja en el palco de la puerta del ayuntamiento talaverano. Miradas que encontraron en el lugar que el ocupó a Prado Gómez, que, por cierto, estuvo fenomenal en su papel. Han sido las primeras Mondas sin Benito presente, pero con un claro protagonismo porque su hija María, en el más emotivo pregón que se ha pronunciado a lo largo de esta tradición que ha hecho historia, expuso a los cuatro vientos quién era su padre.
María puso los pelos de punta a todos aquellos que estábamos cerca de Benito, quizá por ello hasta el alcalde Lago se confundió a la hora de nombrarla. Y es que el presidente de la corporación talaverana –que hizo su debut como alcalde en las Mondas- ha visto como ha sido el eje central de una fiesta y, lo que es mejor, como ha sido elogiado por la dirección de su partido, algo que también lo vivió en sus carnes José Francisco Rivas. La cúpula popular ha echado tanta azúcar a la ciudad que hasta el mismo Labrador calificó las Mondas como las fiestas más importantes de Toledo y eso que en la capital se celebra el Corpus. Es la palabra de un toledano.
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