El autor del reportaje junto a este extraordinario olivo al que contemplan medio siglo. Toda una joya de la naturaleza.
Monumental, escultórico, en la zona conocida como la Ramacorba, con vistas al castillo de Mombeltrán y frente a la Sierra de Gredos, se encuentra este olivo centenario -se piensa que podría tener más de 500 años de vida-, el más espectacular de los 45.000 que están censados en la localidad barranqueña de
San Esteban del Valle (Avila).
Su propietario, Teodoro Pérez Martín, lo heredó de sus padres y se desconoce cuántas generaciones han pasado por él. Asegura que hace dos años llegó a producir 500 kilos de aceitunas de la variedad carrasqueña. Este año descansó del esfuerzo anterior y produjo 200 kilos.
Los nueve metros de altura que mide obligan a utilizar el vareado tradicional y únicamente se puede utilizar máquina para las ramas próximas al suelo. Una persona sola necesita más de un día para tirar todo el fruto. El perímetro del tronco mide siete metros y desarrolla un diámetro de vuelo de más de 30 metros.
Todo un símbolo de la cultura del aceite de oliva que encierra este pueblo abulense. Una auténtica joya de la naturaleza que aporta una enorme belleza al paisaje de la zona que se conoce como la Andalucía de Ávila. Por eso, rindamos este homenaje de Antonio Machado en su poema Los olivos a esta enorme belleza, enclavada en las laderas de Gredos:
¡Viejos olivos sedientos
bajo el claro sol del día,
olivares polvorientos
del campo de Andalucía!
¡Olivares y olivares
De loma en loma prendidos,
Cual bordados alamares!...
Olivares, Dios os dé
los eneros de aguaceros,
los agostos de agua al pie,
los vientos primaverales,
vuestras flores racimadas;
y las lluvias otoñales
vuestras olivas moradas.
Olivar por cien caminos,
tus olivitas irán
caminando a cien molinos…
¡Olivar y olivareros,
bosque y raza,
campo y plaza
de los fieles al terruño
y al arado y al molino…