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San Esteban del Valle se preocupa seriamente por los problemas del olivar

Más de un 20% del olivar tradicional español está en riesgo de desaparición

JULIÁN GONZALEZ MENÉNDEZ

Irene González Moreno | Sábado 01 de junio de 2019
La Cooperativa San Pedro Bautista quiere concienciar a sus socios de la necesidad de cuidar al máximo sus olivos. Informes alarmantes hablan de que un 20% del olivar tradicional español no mecanizable está en riesgo de desaparición. La localidad abulense, anclada en las Cinco Villas -tiene 45.000 olivos censados-, está peleando a fondo por seguir con la tradición de sus olivares y mantener esa calidad ‘virgen extra’ en cada cosecha. Las reglas de oro para conseguirlo son: podar bien, abonar y recolectar a tiempo y curas preventivas.

La localidad abulense de San Esteban del Valle sigue apostando fuerte por su aceite. Conscientes de la problemática por la que atraviesa el sector, la cooperativa San Pedro Bautista celebró el pasado 25 de mayo una jornada formativa entre sus socios sobre el cultivo del olivar y los diferentes tratamientos a aplicar con el objetivo de lograr una mayor rentabilidad y mejoras en su explotación.

El fin de la junta directiva que preside Pedro José Gómez es intentar convencer a los pequeños productores de que, pese a las dificultades que tiene la zona para la explotación, hay que seguir apostando por el cultivo de los olivos. Aparte del aspecto económico, el papel social y medioambiental que aporta su cultivo a la zona son razones de peso para intentar seguir adelante en su explotación.

Y es que, según un estudio que acaba de hacer público la empresa Deoleo, más de un 20% del olivar tradicional español no mecanizable -cerca de 560.000 hectáreas en toda España- está en riesgo de desaparecer en los próximos 10 años. Se estima que unas 200.000 explotaciones de unas 300.000 familias de Andalucía, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Cataluña y Aragón, podrían desaparecer.

El informe es muy desalentador. Confirma que la sostenibilidad del olivar español, especialmente el tradicional, corre serio peligro, no solo ya por las dificultades de la producción sino también por el recorte de los precios y la caída del consumo.

Esta grave situación afecta, sin duda, a la zona de las Cinco Villas donde se encuentra San Esteban del Valle. De ahí, el empeño que tiene el presidente de la Cooperativa San Pedro Bautista, Pedro José Gómez, de mantener firme la ilusión de los 430 socios por cultivar y cuidar los olivos y se interesen cada día más en cómo lograr una mayor calidad y más producción.

La cosecha de este año no fue como cabía esperar -su producción se redujo a unos 500.000 kilos-, aunque se mantuvo la calidad virgen extra que es lo que importa a los socios para su posterior comercialización. El verdadero caballo de batalla del presidente es que los socios se conviertan en expertos de sus olivos -se estima que hay unos 45.000 olivos censados-, y lograr cada año una mejor cosecha.



CUIDAR CON ESMERO LOS OLIVOS



Los distintos tipos de poda que conviene aplicar, las clases de abono a emplear -por ejemplo, que su composición tenga una mezcla de potasa, fósforo y nitrógeno-, cuándo hay que abonar, cómo acometer las distintas plagas que se dan en el árbol y la forma de cultivo más idónea para su explotación, fueron algunos de los temas que el ingeniero Agrónomo, Luis Miguel Delgado, abordó durante la visita que los asistentes hicieron a tres olivares del pueblo.

Según comentó Luis Miguel Delgado, realizar una buena poda al olivo es de los aspectos más importantes, no solo ya para su conservación sino para la rentabilidad y la propia calidad de la aceituna y su aceite. La poda influye en la producción del orden de un 30%, de ahí que, en toda la exposición que hizo, una gran parte la dedicó a concienciar a los socios de que hay que saber podar bien.

“No se trata de cortar ramas a lo loco y esperar que el árbol brote, se trata de hacer una poda ligera, que se note lo necesario pero que no destaque en exceso. No debemos repelar porque, el árbol repelado tiende a quemarse y brota con dificultad”, dijo el experto. Lo más importante para un olivo es que tenga abundancia de ramas, que los brotes y las hojas sean frescas, ya que esas mismas ramas frescas van a potenciar la capacidad de desarrollo vegetativo del árbol y serán las que darán más aceitunas.

El sistema de poda controlada evita, en parte, lo que se conoce como la vecería del olivo. Este fenómeno consiste en que, tras un año de buena cosecha, se sucede otro en el que la producción se reduce mucho. Algunos agricultores acostumbran a podar ese año mucho el árbol cuando debería ser al contrario: realizar una poda muy ligera y, en cambio, potenciar el abonado. Hay que pensar que si el olivo ha dado muchas aceitunas ese año también se ha debilitado bastante y conviene nutrirle bien.



ABONADO A TIEMPO



Un segundo aspecto muy importante para el cultivo del olivar es la alimentación que el propio árbol debe recibir. Hasta ahora, se tenía la idea de que había que abonar en primavera, cuando es todo lo contrario. Lo aconsejable es abonar pronto, por ejemplo, poco más tarde de acabar de recoger la aceituna. Según el ingeniero, de lo que se trata es que el olivo comience a recibir sus nutrientes antes de echar los nuevos brotes y facilitar su desarrollo de una forma más fuerte.

La razón de recolectar pronto la aceituna favorece también la adaptación del árbol para la cosecha siguiente. Si se cosecha más tarde, se logra una mayor rentabilidad en aceite pero, en cambio, recorta la producción del próximo año. Por ese motivo, se aconseja comenzar a recolectar a finales de noviembre para que el olivo descanse y se prepare adecuadamente.

En el aspecto del abonado, Luis Miguel Delgado, destacó que lo mismo que una poda controlada representa el 30% de la producción, un buen sistema de fertilización asegura otro 30%. Los fertilizantes deben ser siempre equilibrados en cuanto a su composición se refiere.

Por ejemplo, no debe utilizarse un abono cuyo compuesto predomine el nitrógeno, pues ablanda la hoja y se cae. Lo más recomendable es un abono que contenga una mezcla de potasa, fósforo y nitrógeno. El uso del hierro es otro elemento que debe ser tenido en cuenta. Respecto al uso del boro, el experto señaló que “es algo fundamental” y necesario. Los olivos con deficiencias en boro presentan problemas en la floración y en el cuajado de la aceituna.



LA LUCHA CONTRA LAS PLAGAS



El tercer punto más importante que se abordó fue el problema de las plagas que sufren los olivos de la zona. El repilo, el prays (conocido como la polilla del olivo), la mosca y la cochinilla son los grandes peligros del olivar. Al ser una zona bastante lluviosa, el repilo suele atacar fuerte a las hojas, las pone amarillas y el árbol se queda desnudo para producir aceitunas. De ahí, que el técnico incidiera también en la necesidad de hacer curas preventivas con cobre. Las plagas y la sanidad del árbol representan otro 30% en la cosecha final.

El ingeniero incidió igualmente en el sistema de laboreo de la tierra. Su consejo es que hay que olvidarse de los herbicidas y, si se utilizan, hacerlo de forma muy controlada. Si se laborea, se recomienda que la labor no sea muy profunda. Un método muy aconsejable es utilizar la desbrozadora, ya que la hierba seca sirve al árbol de nutriente y conserva la humedad del campo. Muchos productores se han dado cuenta de que los herbicidas queman la tierra por lo que han decidido cambiar de sistema y utilizar más la desbrozadora.

Luis Miguel Delgado destacó en su exposición la buena calidad de aceite que aportan los diferentes tipos de aceitunas que se cultivan. La carrasqueña, la cornatillera (cornicabra), la manzanilla y la albar, son las cuatro clases de aceitunas más características del lugar. ¿Razones del buen aceite? La altitud de la zona -San Esteban del Valle se encuentra situado a unos 800 metros-, genera más horas de frío, haciendo que sea mucho más afrutado, menos áspero y menos picante.

La jornada informativa concluyó con una comida a la que pudieron asistir socios y acompañantes. Caldereta de carne con patatas, vino de pitarra y pastas típicas de la localidad pusieron la guinda.

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