La anquiloglosia se produce cuando el pliegue vertical de mucosa que une la lengua con el suelo de la boca dificulta los movimientos de la lengua hacia el paladar o fuera de la boca.
El bebé al tener el frenillo lingual corto tiene verdaderas dificultades para establecer una lactancia materna adecuada, que se traduce en problemas como: dolor en el amamantamiento, con el consiguiente posible abandono de la lactancia. Pérdida ponderal del lactante. Con el consiguiente posible riesgo de abandono de la lactancia materna en ambos casos.
Con toda probabilidad los bebés que padezcan de ésta patología sufrirán con mayor frecuencia infecciones respiratorias, reflujo, problemas cervicales o tendrán problemas a la hora de pronunciar algunas palabras cuando sean más mayores debido al inadecuado desarrollo de la mordida y el paladar.
La opción de tratamiento elegida por la mayoría de pediatras en estos casos, consiste en cortar el frenillo en recién nacidos solo en los casos en los que absolutamentemente perjudique la lactancia materna y dejar para más tarde la intervención en bebés en los que no se vea afectada. Después de la intervención y durante los próximos dos meses conviene realizar al bebé unos ejercicios de rehabilitación post-frenectomía para aumentar la elasticidad de la zona y evitar que ésta se puede fibrosar.
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