Carlos Granda
Redacción La Voz del Tajo | Miércoles 23 de abril de 2014
Aunque todavía estamos en la recta final de febrero ya se pueden sacar conclusiones, casi definitivas, de la andadura de los equipos de nuestra ciudad durante una temporada que comenzó convulsa, y aún continúa así, tras la fulminante desaparición de Talavera CF.
Desde el principio me he postulado a favor del proyecto que comenzó la directiva del San Prudencio (muchos de ellos socios del desaparecido Talavera) como germen de un nuevo equipo de la ciudad que aglutinara a la masa social del desaparecido club blanquiazul. Un proyecto ilusionante al que se adhirieron gran parte de aquellos socios que alentaron durante años al Talavera CF como plataforma para volver a tener un equipo señero en la ciudad.
Sigo pensando, meses después, que este CF Talavera puede y debe convertirse en el buque insignia del fútbol cerámico porque tiene los mimbres para ello, pero sería necesario aplicar mayores dosis de paciencia a este proyecto y no querer resolver la construcción del tejado antes de finalizar los cimientos de la casa.
En río revuelto, la batalla por lograr la hegemonía del fútbol local hizo que la Unión Deportiva Talavera, herida tras su frustrado ascenso de la pasada campaña y acuciada por problemas económicos, echara el resto para lograr ser la cabeza visible del balompié local, algo que, junto con las prisas del CF Talavera de recoger el testigo, han dado pie a esta guerra que a nadie beneficia.
En este contexto, los azulones, con un bloque ya hecho y bien trabajado, están cuajando una notable temporada que les ha situado arriba y les permite luchar por el ascenso a Tercera. Mientras, el CF Talavera, está sufriendo las consecuencias de la falta de tiempo con la que se gestó el proyecto y las prisas por meter el segundo gol antes de lograr el primero. Es difícil lograr la estabilidad en una plantilla tan cambiante, en la que cada mes entran y salen jugadores por diversos motivos, y que está obsesionada en lograr el ascenso antes de sentar las bases en la nueva categoría.
Todavía queda mucha competición y puede pasar cualquier cosa, pero parece claro que la Unión se perfila como la representante local, con todo merecimiento, a lograr el ascenso en una batalla que hasta el momento es cosa de tres junto al Gimnástico y al Madridejos. Por su parte, el CF Talavera debe quemar sus últimas naves, finalizar la temporada de la mejor manera posible y continuar adquiriendo experiencia en la categoría para lograr el salto cuanto antes.
Ha pasado muy poco tiempo desde aquel movido mes de agosto, pero es necesario escribir esta historia despacito y con buena letra para evitar los errores del pasado que acabaron por dejar a la Ciudad de la Cerámica huérfana de identidad futbolística.
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