Miles de talaveranos esperaron pacientemente para tocar la imagen. (Foto: Carlos Granda)
El templo de las Madres Bernardas de Talavera se convirtió un año más en centro de peregrinación.
Carlos Granda | Miércoles 23 de abril de 2014
La iglesia del convento de las Madres Bernardas volvió a convertirse durante el pasado viernes 2 de marzo en el punto de peregrinación para talaveranos y gentes de la comarca. Miles de fieles de todas las edades aguardaron largas colas durante toda la jornada para poder besar al Cristo de Medinacelli y trasmitirle sus deseos y peticiones para el recién estrenado año. Tras una intensa jornada de devoción, la imagen del Cristo regresó a su altar en la iglesia desde donde preside las misas durante el año y donde permanecerá hasta que el próximo año vuelva a acercarse a sus fieles.
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