En la mañana de este pasado 27 de febrero nos dejaba Felicidad Alvarez Gómez-Serranillos, una de las cofrades más veteranas de la Cofradía talaverana del Cristo de la Espina.
A sus noventa años ha luchado, hasta el último momento, sobreponiéndose a diferentes dolencias con la inestimable ayuda de su hijo Juan Alberto González Alvarez, presidente de la citada Cofradía, como muestra la imagen que acompañan a estas líneas.
Desde aquí, por la cercanía que siempre ha mostrado toda la familia a La Voz del Tajo, enviamos nuestro más sentido pésame por tan sensible pérdida. Descanse en paz.