Tras cualquier vacunación tu bebé puede tener una reacción secundaria a ella. Puede encontrarse molesto o irritable durante las 24 o 48 horas siguientes y tener pocas ganas de comer, y esto sería algo relativamente frecuente.
Por otro lado, en el caso de las vacunas con virus vivos atenuados -como la Triple Vírica o la Varicela-pueden aparecer reacciones más tardías en el tiempo (que se manifiestan 10 o 15 días después de la vacunación). Algunas veces pueden aparecer signos de inflamación (enrojecimiento, calor, hinchazón, dolor, etc.) alrededor del punto de inyección. Esta es una reacción relativamente frecuente.
Puedes poner sobre la zona paños mojados en agua fría (2 o 3 veces al día, durante 5 minutos cada vez). Unos días después de la aplicación también podrías notar un bultito, ligeramente doloroso,en la zona de la inyección; no te alarmes, ya que también es una reacción relativamente frecuente y que habitualmente desaparecerá por sí sola. Te recomiendo no tocarlo en exceso, poner calor local y darle algún masaje suave con crema hidratante. El bulto reducirá su tamaño progresivamente y desaparecerá en unos días.
Recuerda: el día de la vacunación, FRIO. Pasadas 24 horas, CALOR. Si tras la vacunación notas en el bebé un aumento de temperatura entre 37’5º y 38º(comprobado siempre con termómetro), no hay que alarmarse.
La febrícula (temperatura menor de 38 grados, medida en la axila) o la fiebre (temperatura mayor de 38 grados) forman parte de la respuesta natural del organismo ante un proceso infeccioso; la vacunación es, de hecho, una especie de “infección relativamente controlada y debilitada” que nosotros introducimos en el bebé.
Pese a esta aparente debilidad, es importante que estemos atentos al modo en que nuestro bebé responde a la vacunación, y que valoremos –hasta donde nos sea posible- si la respuesta a la vacuna está siendo aparentemente “normal ” o si por el contrario nuestra intuición nos dice que “las cosas no están marchando bien”.
Existen algunos signos y síntomas pueden sugerirnos que las cosas no están yendo como esperábamos, y que por tanto se necesita una valoración médica sin demora: si vemos que el bebé está anormalmente irritable o demasiado adormilado (es decir, si apenas responde cuando lo estimulamos), si tiene mal color de piel, si respira con dificultad, si aparecen manchas en la piel… Es importante evitar la administración de antipiréticos o antiinflamatorios antes de la vacunación (para ayudar a que la respuesta inmunitaria del cuerpo a la vacunación resulte óptima).
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