Los Mundos de Yupi fue una serie de televisión infantil emitida por La 1 de TVE entre 1988 y 1991. En ella los personajes principales eran Yupi y Astrako, una pareja de extraterrestres que, debido a unos desperfectos en la nave espacial en la que viajan procedentes del planeta Tacatón, se ven obligados a aterrizar en la Tierra, donde muestran su visión de una realidad paralela.
Les cuento esto porque, a cuenta de todo el revuelo montado sobre el muy nombrado ‘relator’ de esas supuestas negociaciones que quieren instigar entre Pedro Sánchez y Joaquín Torra, hay intervenciones que claman al cielo.
El pasado miércoles, cuando saltó la noticia, Emiliano García-Page no dudó en asegurar que “no termino de entender nada. Voy a solicitar que se reúna el Consejo Territorial del Partido Socialista porque tengo muchas ganas de decirlo que pienso con claridad. Porque cuando se habla de España decidimos todos los españoles”, añadiendo que “el que ellos puedan decidir por sí mismos si se quedan o no, no es viable. En vez de estar alimentado expectativas, que hay gente que lo mismo está pensando que esto es posible... No es posible, ni con esta Constitución ni con los españoles que creemos en esta Constitución que somos la inmensa mayoría”. A él se unían presidentes autonómicos como los de Aragón o Extremadura, el expresidente Barreda, la exportavoz parlamentaria Soraya Rodríguez o el exvicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra, que irónicamente preguntó “¿Hay alguien ahí?”.
Por su parte, y en Cuenca, el presidente del PP a nivel nacional, Pablo Casado, censuraba ostensiblemente la iniciativa de Pedro Sánchez a la vez que aseguraba que “por dignidad del Partido Socialista, lo digo aquí en Castilla-La Mancha, a Page, a Lambán, a Vara, que ayuden a España a echar a este ‘ocupa’, a este incapaz y a este irresponsable de La Moncloa, antes de que se cargue España. Que lo hagan ya, porque lo hacen en privado”. Estaba claro que Casado estaba informado de las declaraciones públicas de los presidentes autonómicos, entre los que estaba Page, sobre su disconformidad hacia la decisión de Pedro Sánchez.
Pero lo más curioso es que cuando el presidente popular decía esto, el que estaba a su lado (no sabemos si escuchando u ocupado en sus pensamientos paralelos) era el candidato del PP regional Francisco Núñez, incluso asintiendo con la cabeza cada afirmación de ‘su jefe’. Pues bien, tras esto, Núñez se tiró al barro y dijo , “es que es muy grave como castellano-manchego escuchar a nuestro presidente de Castilla-La Mancha, a Emiliano García-Page ofrecerse como testigo para mediar en esa reunión que quiere Sánchez propiciar entre el Estado español y el independentismo catalán” añadiendo que “y pido además hoy aquí, en Cuenca, la dimisión inmediata del que ha pedido ser el testigo, el mediador, el que lleve las negociaciones para la separación de Cataluña de España, que ha sido Emiliano García-Page, que dimita también”. No entiendo nada.
Y es que este jueves, en TVE –como en muchos otros medios de comunicación– ningún analista político entendía sus palabras. En el programa matinal de La1 ni el presentador, ni los contertulios David Jiménez (exdirector de El Mundo), Ignacio Camacho (exdirector de ABC) o Arsenio Escolar (exdirector de 20 Minutos) llegaban a comprenderlo y aseguraban que algo no les cuadraba. De hecho, analizaban las palabras de Paco Núñez como sorprendentes, el típico ‘calumnia que algo queda’, fake news, incomprensibles o, incluso, si se trataba de ignorancia o maldad, “si miente a sabiendas o si ha entendido lo que no debiera entender”.
Por si faltaba poco, la presidenta del PP valenciano, Isabel Bonig, decía que "escuché a Javier Lambán, presidente de Aragón; a Emiliano García Page –presidente de Castilla-La Mancha– y a Alfonso Guerra y me quito el sombrero. Escuché a socialistas defendiendo lo que siempre ha defendido el PSOE: la unidad de España, la igualdad de todos los españoles y la soberanía nacional".
Parece que el único que no se ha enterado de lo que va esta película es Francisco Núñez, candidato a la JCCM por el PP. O quiere emular a Yupi o los vapores del cloro que emanan de la gestión de su delfín, Serrano Godoy, le nublan.