La moda de criticar por criticar, con la inestimable alianza de las redes sociales, se ha hecho ‘viral’ entre muchos indocumentados que intentan defender lo indefendible a toda costa.
De hecho, olvidan que la crítica siempre tiene que estar respaldada por razones de peso, verdades innegables y el suficiente sosiego para poder entablar una dialéctica suficientemente mesurada.
Las formas, en estos tiempos que corren, se han perdido desde arriba hasta abajo.Cuando las licencias para despellejar las adquieren hasta los padres y madres de la patria, es señal que estamos perdidos. Cuando los políticos de más alta posición se afanan en poner a parir al contrario, el ejemplo que damos a nuestros menores es el peor posible.
Esta moda del ‘calumnia que algo queda’, sin embargo, siempre ha existido pero a los extremos siempre se les arrinconó, aunque ‘les hubieras dado tú mismo el recado de hacerlo’
Eso sí, según ‘el barrio’ en que se mire hay más o menos elementos subversivos con ‘ganas de gresca’.
Los podemitas más recalcitrantes, supuestos herederos del Movimiento 15M adoptaron el lenguaje fácil de la descalificación para levantar a las masas en contra del poder establecido... y lo consiguieron
Ahora llega el discurso de VOX, que provoca a cualquiera que no piense como ellos hasta el extremo de repetir datos, frases hechas o circunloquios biensonantes para que cualquiera con un mínimo de hartazgo o mucho tiempo para consumir se apunte al carro y espete “yo voy a votar a VOX”.
No entraré a calificar su programática electoral, su método de propagación del mensaje ideológico profundo o sus orígenes más arraigados, pero sí puedo opinar acerca de su actuar.
Porque lo que queda claro es, a la vista de los discursos que se vierten en los medios y las redes sociales, que han venido para romper la tendencia política de España y revolucionar el sistema.
Si esto es así, deberían seguir la linde de su programa y no asociarse con ningún otro partido político a los que ponen a caldo por doquier. Pero no, el plumero les ha traicionado y la primera prueba de fuego ha sido Andalucía. Han cedido en su programa para que gobierne el PP, con lo que demuestran su beneficencia a quienes eran sus compañeros no hace mucho tiempo.
Igual se puede pensar de PODEMOS con el PSOE, ¿por qué no?
Lo que pasa es que esto es lo llamado ‘política’. Acuerdos, concesiones, paripés y demás sustantivos que ustedes quieran encontrar.
Lo único cierto es que los palos en las ruedas del progreso los ponen aquellos y aquellas que enarbolan la bandera del sectarismo, la discriminación del contrario y piensan hasta en la eliminación posible de quienes les llevan la contraria con hechos fundados. Lean el reportaje sobre estos 20 años ‘sin tren’ que publicamos esta semana y pondrán nombre a los responsables.