Suele pasar muy a menudo. Esta del “y tú más” es la más manida de las expresiones en la clase política que nos gobierna. No se libra casi nadie pero hay algunos que son auténticos profesionales del hecho.
En las últimas fechas hemos asistido a varios episodios de este recurso fácil que consiste en sublimar los errores al de enfrente para esconder nuestras vergüenzas, aunque la palma se la llevó el alcalde de Talavera en el último debate sobre el estado de la ciudad cuando acusó a todo el que se movía de ‘cualquier cosa’ para intentar pasar de puntillas por su gestión, que a la vista de todos está.
El último episodio tiene el corte de la carretera N-Va, la que siempre hemos conocido como ‘salida hacia Madrid’, como referente para ser usada como arma arrojadiza. Lo curioso del asunto es el que propio Ramos, y este jueves su portavoz María Rodríguez, echan todo el lastre en la Confederación Hidrográfica del Tajo y el Ministerio de Medio Ambiente (ambas instituciones no son ‘precisamente de mi agrado) para ‘quitarse el muerto de encima’. Lo cierto es que el permiso de corte lo autoriza el Ayuntamiento y la prueba se la ofrecemos junto a estas líneas. Tras eso no se puede intentar, aprisa y corriendo, pedir que otros se coman la tostada.
Pero esto ya no sorprende, la táctica de Ramos desde que está en puestos de responsabilidad con escaparate ha sido esa misma: generalizar la culpa de los problemas en todo el que le rodea para esconder la cabeza debajo del ala. Y sin reprocharle que sea el responsable de todos los males de acucian a esta, ya, cuarta ciudad de Castilla-La Mancha, la verdad es que no ha mostrado mucha habilidad para coger el toro por los cuernos y aportar las alternativas necesarias que nos habrían sacado de más de un atolladero. Más bien ha estado escudriñando, y lo sigue haciendo, cómo tirar la piedra, esconder la mano y sacar rédito político de cada palabra, de cada imagen o de cada gesto. Lo malo de este asunto es que la gente no es tonta y se da cuenta de las cosas.