OPINIÓN

Y las cepas de Mejorada también lloran

Luis González

Redacción La Voz del Tajo | Miércoles 23 de abril de 2014
Me vais a permitir, mis queridos lectores, que hable de un tema que quizá no os interese demasiado a muchos de vosotros, pero que, para mí y para algunos de mis paisanos, creo que sí puede tener un cierto interés.

Y no por lo reciente del caso, que según tengo entendido, ya hace un mes que ocurrió, pero a pesar de ello pienso que sí encierra la enjundia necesaria como para que se pueda tratar, incluso después de transcurrido ese tiempo.

Y es que, al menos entre algunos sectores de la población, las aguas andaban un poco revueltas en el pueblo, desde hacía algún tiempo, pero parece ser, y según me contó la semana pasada uno de mis paisanos, se pueden poner, mucho más borrascosas. Y me gustaría, si en algo vale mi palabra, ayudar un poco a calmarlas. Así mismo, también quiero dejar muy claro que no está en mi ánimo emitir ningún juicio sobre lo sucedido, aunque si lamentarlo y dar ánimos al perjudicado en este caso. Os diré que sólo he escuchado, hasta la presente, un comentario del suceso, contado de una forma muy neutral y nada pasional, y por lo tanto yo también quiero continuar en esa línea de neutralidad, y además sin pensar en nadie como culpable ni acusar a ninguno como ejecutor, puesto que nadie presenció lo sucedido. Por otro lado, creo que ya se encuentra en manos de la justicia y ella será la encargada de juzgarlo. Dicho lo dicho ya, y para todos aquellos que lo desconozcan, os aclararé que se trata del siguiente suceso que ocurrió una noche de estas pasadas navidades: en el término de Mejorada, en esa fatídica noche, fueron cortadas, arrancadas, tronchadas…unas cuatrocientas cepas que su dueño tenía “descavadas”…, (decíamos antes que se descavaban las cepas, para que pudieran coger agua de la lluvia alrededor del tronco y después, pasado el invierno, se las arropaba para que conservasen la humedad y pudieran dar buenas uvas). Pues bien, en esa noche, según me han contado, insisto, unas… a patadas, otras… con unas tijeras grandes de podar o hasta, según parece, con esas que se usan en la ferralla…, el caso es que las cepas fueron destrozadas a conciencia. Y la pregunta que todo el mundo se hace es… ¿quién lo hizo y por qué?
Naturalmente, nadie que no fuera de los que lo hicieron, los vio, y digo “los que lo hicieron” porque parece muy razonable que uno sólo no lo pudo llevar a cabo en una noche. Y la ejecución está muy clara que no fue por casualidad, puesto que las cepas no son animales sueltos que se escapan de un corral. Lo que también parece estar muy claro, según opinan, al menos entre bastidores, todos los que son preguntados, es que probablemente debieron ser del mismo pueblo los que lo llevaron a cabo, aunque no se puede tener la seguridad completa que haya sido así. Yo tampoco, como es lógico, puedo tenerla ni deseo entrar aquí a valorar el motivo, sino sólo me atrevo a pensar que ha sido una idea mala de alguien que creyera tener alguna justificación para hacerlo. Pero así mismo creo que, en pleno siglo XXI, no deben existir motivos de ninguna clase para realizar esos hechos. La gente debe dialogar y hablar de todo lo que pueda entorpecer la convivencia de los habitantes de un pueblo. Al fin y al cabo, deben tener muy en cuenta que han de convivir durante todos los días del año y todos los años de su vida, y por tanto están “condenados” a verse en un montón de lugares comunes que existen en la localidad. No se deben crear odios y divisiones, por mucha diferencia que exista en su forma de pensar o de ver las cosas, porque eso es amargarse la existencia. Los convecinos deben pensar que si alguna vez se ven en un aprieto o necesitan alguna ayuda, ¿van a solicitársela, tal vez, a uno que se encuentre lejos de él?... Las familias, en una comunidad tan pequeña como puede ser la de un pueblo como Mejorada, suelen estar entremezcladas y es difícil que alguno de sus miembros no esté en contacto con aquel al que “tú detectas”. Además, las fiestas, las actividades lúdicas, los actos religiosos, los bares…y otras muchas actuaciones populares se verán beneficiadas si participa toda la población unida. En pleno Siglo XXI, las diferencias no deben tratarse al estilo de la Edad Media, sino de una forma mucho más civilizada. Para eso está la justicia, para hacer volver las aguas a su cauce, cuando se desvíen. Desde luego, éste es un hecho un tanto significativo, me decía mi interlocutor, que puede ser el principio de algo más gordo si no se trata en la forma y el modo adecuado. Y, efectivamente, es muy importante que las cosas se corten a tiempo sin tener que pasar a mayores. Yo animo a todos esos mejoreños disconformes que se dejen de irse colocando trampas ocultas unos a otros y caminen por la senda de la verdad y la convivencia, tratando de solucionar siempre los problemas razonadamente, y en el peor de los casos con la intervención de la justicia.

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