Manuel del Rosal
Redacción La Voz del Tajo | Miércoles 23 de abril de 2014
“A las mujeres sólo les queda un misterio que poco a poco van degradando: El sexo”. David Herbert, escritor, poeta y filósofo inglés.
Es raro el día en el que no aparecen noticias sobre el mundo sexual de la mujer. Desde hace unos quince no dejan de aparecer en la prensa y en Internet noticias sobre la masturbación femenina – ¡cuidado! estimulación – Lo de masturbación es para los hombres. La verdad es que, conforme se va sabiendo más sobre el sexo en la mujer, más se va esta desmitificando. Ante tal avalancha de noticias y artículos sobre la mast… ¡perdón! estimulación femenina – en este mismo semanario el tema ha dado para dos o tres entregas – quiero yo expresar mi opinión al respecto.
Cuando a los de mi generación nos empezaban a escocer las ingles se nos advertía de lo malo que era masturbarse. Aparte de ser un pecado que daría contigo en los infiernos, te reblandecía los huesos y te salían granos. A las niñas nada se les advertía, se suponía que ellas no participaban en semejantes actos impúdicos. De los chicos siempre se ha dicho que los que se masturbaban eran unos guarros, de las chicas nada; se daba por hecho que ellas no se masturbaban. Los de mi generación tuvimos que superar muchas cosas hasta llegar a concebir el sexo como algo natural. Ahora, sin embargo; no sólo no se demoniza la masturbación, sino que se la eleva – sobre todo cuando quien la realiza es la mujer – a la categoría de conocimiento. Ya saben lo que se dice. “mediante la masturba…¡perdón! estimulación, la mujer alcanza el conocimiento de su cuerpo”. Años y años estudiando Anatomía para conocer las estructuras corporales cuando con tan sólo estimularse la mujer sabe donde está el músculo trapecio, el hueso lenticular o la válvula mitral por ejemplo. En el hombre la masturbación es un sucedáneo malo y aburrido del verdadero sexo, pero en la mujer, según las crónicas; ¡amigo, en la mujer es el séptimo cielo!, es glorioso, es sublime, es inefable, es una maravilla, es alcanzar el clímax como, cuando y donde ella quiere. Un reciente estudio dice que las formas a las que una mujer tiene acceso para estimularse son 15. ¡Si señores! Quince formas diferentes de alcanzar el placer. Una vez más ellas nos superan, ya que nosotros, en esto del sexo en solitario, a lo más que llegamos es a dos o tres formas diferentes, pero poco; somos simples. Estas son algunas las variantes: clitoriana directa, clitoriana indirecta, clitoriana con penetración vaginal intermitente, clitoriana con penetración vaginal continua, clitoriana vulvar tumbada sobre el vientre, vaginal acostada, clitoriana empujando un objeto, clitoriana rozándose con un objeto, chorro de agua, estimulación anal... A estas formas hay que añadir el uso de vibradores clitorianos, dildos, bolas chinas etc. ¡Todo un mundo! Pobres de nosotros los hombres, ¿cómo competir con semejante arsenal de recursos? La masturbación siempre ha tenido muy mala prensa hasta el momento en que la mujer ha descubierto sus cartas sobre el tema, a partir de ese momento a la masturbación, al menos a la de la mujer, esa que recibe el nombre más fino y elegante de “estimulación”; se la ha liberado de los infiernos para elevarla a los cielos.
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