NUESTRA GENTE

CARTA DEL DIRECTOR | ¡Cuerpo a tierra! (que vienen los nuestros)

Redacción La Voz del Tajo | Lunes 23 de julio de 2018

No me equivoco mucho si aventuro que ésa debe ser la expresión más utilizada en los últimos días en cada sede del Partido Popular en toda España.

El ‘bombardeo’ mediático que están utilizando más de uno y una de los interesados por uno u otra de los candidatos empieza a oler a pólvora y a veces hasta a chamusquina.

De hecho, el enconamiento de los partidarios (aún) de Cospedal es tal que más se asemeja a la quema de las naves en el gesto más severo de la desesperación que a cualquier otra cosa.

Claro es que no les queda otro remedio, pero la equivocación está en el comienzo de este proceso que ha puesto en marcha el partido de la gaviota y en el que, curiosamente, el que está viendo los toros desde la barrera es el actual presidente. Rajoy contempla, desde la playa de Santa Pola y firmando notas simples, las disputas de los pablistas y los sorayistas entre habano y habano. Nada tiene ya que perder el expresidente del gobierno y, desde luego, da idea que se resistió a dejar La Moncloa, no ya por el peligro o no que correría el país en otras manos, sino por ser testigo de lo que está ocurriendo en el PP.

Toda esta situación me hace recordar los tiempos del extremeño-andaluz Antonio Hernández Mancha que en 1987, con 67 diputados, quiso emular a Pedro Sánchez pero no pudo con Felipe González.

Antes, a finales del 86, el líder de AP, Manuel Fraga, presentó la dimisión al considerar que había alcanzado su “techo electoral”, como ha hecho Rajoy, y en las elecciones primarias subsiguientes (las únicas del Partido Popular donde ha habido dos candidaturas hasta ahora), Hernández Mancha se alzó con la victoria al derrotar a Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, pero... la impopularidad, los mínimos con que contaba el andaluz y las guerras internas con Aznar como ‘contricante tapado’ acabaron con su liderazgo.

Ya a principios de 1989, Fraga tuvo que tomar las riendas del partido de nuevo y, en el XI Congreso Nacional, lo refundó con el nombre de Partido Popular. Aznar sería nombrado líder poco después ‘dedocráticamente’. Hernández Mancha decidió entonces retirarse de la política, empleando una célebre frase de Napoleón: "una retirada a tiempo es una victoria". El hombre y la mujer son los únicos animales que tropiezan dos veces en la misma piedra.

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