Los datos de consumo alimentario en España, presentados recientemente por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), reflejan un descenso en el consumo de pan en España el pasado año. En 2017, los españoles consumieron un total de 32,54 kg por persona al año. Esto supone un descenso del 2,5% respecto a 2016
Irene González Moreno | Jueves 12 de julio de 2018
Los hogares españoles consumieron menos pan en 2017. Así lo revelan los datos publicados por el Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación (MAPA) en su informe "Consumo alimentario en España 2017", que indican un descenso del 2,5% respecto al año 2016. Ante este hecho, es importante tener presente la importancia de este alimento en la dieta mediterránea y el papel que juega en el contexto de una dieta equilibrada.
Los resultados presentados siguen la línea de los de la encuesta "Hábitos y consumo de pan en España", presentados por Pan Cada Día el pasado año y que ya desvelaron que un 33,4% de los españoles prescinden del pan porque piensan que engorda o por creer que no es necesario en el contexto de una dieta equilibrada. Estas creencias sin consistencia científica generan desconfianza entre la población.
Sin embargo, el informe del MAPA también revela que el consumo de otros alimentos básicos como el pan ha descendido. Entre ellos se encuentran algunos como las frutas frescas (-3,5%), las hortalizas y patatas frescas (-3,6%), el aceite (-3,8%), la carne (-1,4%) o el pescado (-3,3%).
Lo que te pierdes si lo dejas de lado
Según los expertos, el pan es un alimento rico nutricionalmente y no hay por qué prescindir de él, siempre dentro del contexto de un estilo de vida saludable. Los alimentos que aportan hidratos de carbono complejos son una fuente de energía esencial en nuestra dieta diaria. Tanto es así que varias guías nutricionales afirman que los carbohidratos deben representar entre el 50% y el 60% del total de las calorías diarias que ingerimos. En este sentido, las recomendaciones sobre el consumo diario de hidratos de carbono giran siempre entre las cinco y las seis raciones, que pueden ser en forma de pan y cereales, entre otros.
El pan contribuye a obtener los nutrientes necesarios en una dieta equilibrada. Proporciona fibra, diversas vitaminas (tiamina, riboflavina, niacina, piridoxina, ácido fólico) y minerales (selenio, calcio, hierro, yodo, magnesio, zinc). Entre los beneficios que estos nutrientes aportan a la salud están, por ejemplo, la mejora de la capacidad cardiorrespiratoria e incluso del rendimiento deportivo en deportistas, según concluía el estudio 'Healhy Lifestyle in Europe by Nutrition in Adolescence '(HELENA).
En el caso de las variedades integrales, se ha demostrado que son fuentes importantes de fibra, compuestos fenólicos, carotenoides, motivo por el cual también se ha demostrado que su consumo supone un menor riesgo de mortalidad y un menor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y obesidad y cáncer de intestino.
Las comunidades autónomas donde se come más pan
Los españoles consumieron un total de 32,54 kg por persona al año. Los datos muestran además que el pan es el segundo producto de mayor relevancia del total de alimentos consumidos fuera del hogar, representando el 13,4% de los kilos-litros consumidos, mientras que la proporción que representan dentro del consumo doméstico es de 8,3%.
Los andaluces consumieron alrededor de 283 millones de kg de pan en 2017, convirtiéndose en la comunidad autónoma con un mayor volumen de consumo el pasado año. A los andaluces les siguieron los habitantes de Cataluña, Comunidad de Madrid, Comunidad Valenciana y Galicia.
En lo que al consumo per cápita respecta, los gallegos fueron quienes realizaron un consumo mayor, con 43 kg anuales por persona, seguidos de navarros, asturianos, castellanoleoneses y vascos. En el lado contario, madrileños y baleares no alcanzan los 30 kg anuales por habitante.
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