María Arriero Espinosa | Sábado 07 de julio de 2018
El verano es sinónimo de piscina –o playa para los más afortunados-, noches con los amigos, barbacoas con la familia, mosquitos y calor –sobre todo calor-. Y es que hay días que no importa la hora que sea, las temperaturas seguirán siendo altas y no darán tregua a que nos encontremos frescos y a gusto. Para superar estas fechas, cada maestrillo tiene su librillo, y te ofrecen diferentes alternativas para sobrevivir al verano.
Beber abundante agua es fundamental para evitar la deshidratación, elegir ropa ligera y fresca para evitar la sensación de agobio y dejar transpirar al cuerpo, o usar gorra para protegernos la cabeza serán alguna de las pautas que más oiremos durante esa sofocante estación. Pero el remedio más efectivo viene de manos de un invento que se ha convertido en imprescindible en la mayoría de nuestros coches, comercios u hogares: el aparato de aire acondicionado.
NUESTRO SALVADOR
Además de proporcionarnos un entorno fresco y placentero, estos aparatos tienen otra serie de beneficios para nuestra salud. Es un aliado para las personas alérgicas al polvo o a los pólenes, ya que permite mantener las ventanas de la casa cerradas y que no entren estos alérgenos. También elimina insectos del entorno, lo que nos permite estar más cómodos y descansar mejor tanto por el día como por la noche.
Es muy importante la limpieza del aire que hacen estos aparatos. Con ellos, el aire de nuestra habitación se va renovando, lo que supone una mejora en la respiración. Por último, hace que el ambiente sea más seco, con lo que previene humedades ambientales.
AUNQUE NO TODO ES BUENO
Pero como todo, también tiene sus inconvenientes y parte negativa. Son muy frecuentes los cambios de temperatura en época, al pasar del ambiente cálido de la calle al fresco de un local. Esto provoca un sinfín de resfriados, además de generar enfriamientos y desencadenar un aumento del nivel de estrés, así como provocar resfriados y problemas de garganta.
Son muy típicos también los dolores lumbares, musculares y de las articulaciones -en general al dormir con el aire acondicionado funcionando o pasar un largo periodo de tiempo bajo él-. Para evitar todo esto se recomienda evitar los cambios bruscos de temperatura, por ello la temperatura recomendada del aire acondicionado se encuentra entre los 23-24 grados, ya que más baja acarrearía los problemas mencionados anteriormente.
TODO CON CONTROL
Lo fundamental para disfrutar de todas las ventajas de los aparatos de aire acondicionado en estos calorosos meses y eliminar las nocivas consecuencias es el control. Controlar la temperatura, los periodos de tiempo de funcionamiento y realizar un control del estado del aparato para que todo esté correcto son las reglas de oro para disfrutar de un buen y fresco verano gracias a este increíble invento.
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