María Arriero Espinosa | Sábado 23 de junio de 2018
Comer, además de necesario en nuestra vida, es uno de los placeres más grandes que existen. A todos nos encanta conocer nuevos restaurantes y probar verdaderas delicias para nuestros paladares. Desafortunadamente, ciertas enfermedades limitan esta libertad para comer. Una de ellas es la alergia alimentaria.
Durante estos últimos años se ha producido un destacado aumento en el número de alérgicos o intolerantes. Los alimentos más comunes en la lista de estas alergias son la leche, el huevo, las legumbres, las frutas, los frutos secos y los pescados y mariscos.
La alergia a la comida se manifiesta de varias maneras y sus síntomas pueden ir desde hormigueo en la boca y erupciones leves, hasta vómitos y diarrea pasando por inflamaciones de nariz y garganta. Algunos de los síntomas pueden provocar dificultades para respirar y ser potencialmente mortales
EL DÍA A DÍA
Por el momento, no existe un tratamiento farmacéutico que elimine estas alergias, por lo que la dieta es nuestro único aliado. El objetivo es eliminar del menú todos los elementos que pueden desencadenar estos síntomas y reemplazarlos por otros que sean igual de nutritivos y sabrosos.
Una buena opción es preparar tus propios alimentos o asegurarte de que la persona que cocina está al tanto de las especificaciones de la nueva dieta. En el supermercado, es importante revisar cuidadosamente las etiquetas de cada producto para comprobar si un alérgeno forma parte de los ingredientes. Al principio resulta complicado entender el etiquetado de los alimentos, pero con el tiempo aprenderás a determinar rápidamente cuáles son los artículos que puedes adquirir.
PROBLEMAS EN VACACIONES
En España existe una ley que obliga a que las cartas de bares y restaurantes deben especificar los ingredientes de sus elaboraciones e indicar cualquiera de los 14 alérgenos establecidos por la ley. Además, el personal debe tener formación en este ámbito. Pero esto no ocurre en otros países.
Por ello, es muy importante tener en cuenta el destino elegido en función de la alergia que tenga, ya que desconocer cuáles son los ingredientes específicos que conforman un plato es el principal desafío para los alérgicos que desean comer en un restaurante. Nada garantiza que todos los ingredientes de una comida estén completamente libres de alérgenos. Ni los camareros ni el personal de la cocina podrán proporcionarte toda la información que necesitas para poder comer sin ninguna incertidumbre.
En el hotel, es fundamental informar previamente acerca de la alergia alimentaria y conocer su política de actuación con los huéspedes alérgicos. Para ello, hace falta indicar cuáles son los alimentos que no puedes consumir y los cocineros se encargarán de preparar una comida libre de alérgenos.
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