La doctora Soraya Cuadrado durante su entrevista con La Voz del Tajo. (Foto: J.F.)
La enfermedad celiaca es una intolerancia permanente al gluten del trigo, la cebada, el centeno, la avena y el triticale (un cruce de trigo y centeno) que se presenta en personas genéticamente susceptibles.
La doctora Soraya Cuadrado ofreció algunas de las pautas a seguir en caso de que se detecten los síntomas que van aparejados a esta enfermedad crónica.
Javier Fernández | Miércoles 23 de abril de 2014
Antes se pensaba que el típico celiaco era un niño desnutrido, con el abdomen abombado, irritable y con un carácter especial y con diarreas muy pastosas, era más fácil de diagnosticar. Sin embargo, con el tiempo, y pruebas más exhaustivas, se ha concluido en que las personas estreñidas también pueden ser celiacos. Determinados síntomas pueden dar una razón para buscar celiacos típicos o casos más complicados, comentó a La Voz del Tajo la doctora Soraya Cuadrado, gastrointeróloga pediátrica. El procedimiento es realizar una analítica y ver los anticuerpos, ya que “la celiaquía es una respuesta del organismo contra algo que no debería tenerla”, subrayó. Es una enfermedad autoinmune, por eso hay que comprobar si los anticuerpos son positivos para barajar la posibilidad de estar ante esta patología. Esa analítica vuelve a repetirse por segunda vez, pero todavía no se puede hablar de ser celiaco; “es algo muy serio, es cambiar los hábitos de vida y alimenticios para siempre”. Por eso, la prueba definitiva es la biopsia. Se coge una muestra del duodeno mediante endoscopia y se analiza.
En los dos años que la doctora lleva prestando sus servicios en el Hospital General Nuestra Señora del Prado se han detectado 25 nuevos casos en niños, hasta finales del mes de junio. Es difícil ofrecer cifras globales de la región, la provincia o el área sanitaria, ya que no existe un estudio pormenorizado de los casos. Cuadrado avanzó que los gastrointerólogos de Castilla-La Mancha tendrán encuentros para obtener datos estadísticos, así como pedirán que los centros de salud del área sanitaria de Talavera deriven todos los casos hallados al Hospital. La previsión es que el número de afectados siga aumentando, ya que las sospechas y casos confirmados van 'in crescendo' cuanto mejor y mayor va siendo la información difundida.
La doctora aconsejó asegurarse al consumir un producto que indica que no contiene gluten, ya que puede llevar un porcentaje mínimo pero igual de nocivo para la enfermedad. Ahí juegan un papel imprescindible las asociaciones, quienes elaboran listados con los alimentos y marcas apropiados. Como en todas las intolerancias, hay pacientes con mayor y menor sintomatología y afectación según la cantidad de producto ingerido. El seguimiento, según relató la profesional sanitaria, es después de la biopsia conseguir negativizar los anticuerpos con analíticas periódicas cada vez menos frecuentes, según se avance en el objetivo. En los casos infantiles lo hacen los digestivos infantiles y en los adultos los especialistas del servicio hasta derivarlo a Atención Primaria. Este seguimiento se hace para constatar que los anticuerpos siguen siendo negativos y no se han hecho transgresiones alimentarias. Cuadrado recordó que hay otras enfermedades autoinmunes que pueden unirse a la celiaquía como las tiroideas o la diabetes, aunque siempre hay que descartar con analíticas.
La doctora recomendó que no debe eliminarse el gluten de la dieta al detectarse, ya que puede dar negativo y confundirse con enfermedades antes mencionadas. Una vez diagnosticada la celiaquía hay que eliminar el gluten por completo de la dieta, ya que son muchos los alimentos que lo contienen más allá del pan o las galletas, como por ejemplo las chucherías, un gran peligro en edades infantiles. Los celiacos tienen un amplio menú para consumir al margen de las verduras. Por ejemplo, pueden tomar carnes siempre y cuando el utensilio para cocinar no contenga restos de gluten. La doctora apeló a una mayor concienciación ciudadana para sensibilizar sobre este problema, aunque cada vez son más las grandes empresas de comida rápida que tienen menús para celiacos, así como restaurantes o comedores escolares.
Cuadrado señaló que “se puede llevar un tipo de vida totalmente normal, pero sin tomar gluten”. A su juicio, el cambio es más difícil en edades preadolescentes, aunque “cuando se asume y se supera, se lleva bien”. La doctora explicó que para aprender a vivir con ello es esencial explicar al enfermo la patología que sufre en la medida de su edad, ya que “depende de ellos mismos que evolucione bien”. El mayor problema es hacerle entender la dolencia que tiene a un niños asintómatico, porque no entiende su limitación alimentaria al no sentir ningún dolor.
ADULTOS. En el caso de los adultos es más difícil la detección, ya que pueden ser asintomáticos. “Muchos de ellos se diagnostican por sus hijos, al sufrir síntomas idénticos”, señaló Cuadrado. Esta enfermedad es genética, por lo que en la mayoría de los casos se tiene que realizar la analítica a padres y hermanos. “Gracias a muchos hijos se diagnostica a sus padres”, reveló.
CONSECUENCIAS. Ser celiaco es mucho más grave de lo que se piensa. A largo plazo estos síntomas pueden desembocar en linfomas.
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