David Martínez | Viernes 20 de abril de 2018
La maratón de la capital de Corea del Norte -Pyongyang- celebrada el pasado 8 de abril contó con la participación de un talaverano, Jorge Vasco Mahillo, uno de los aproximadamente 400 extranjeros que participaron en la prueba.
Desde 2014, el país dirigido por Kim Jong Un, permite la presencia de extranjeros en esta prueba atlética, siendo una de las pocas oportunidades en la que se puede visitar el norte de la península de Corea.
Aunque nacido en Extremadura, Jorge de 42 años se siente talaverano “llevo aquí desde los trece años” cuenta a La Voz del Tajo. “Cuando tuve conocimiento, en enero de 2017, que en Corea del Norte se celebraba un maratón abierto para extranjeros no me lo pensé dos veces. Era mi oportunidad de visitar el país”, narra el talaverano.
Hay dos caminos para entrar en Corea del Norte. El primero y más habitual es a través de China, conectando la capital con Pekín. El segundo es desde la ciudad rusa de Vladivostok, Jorge optó por la primera opción.
A su llegada, desde la ventanilla del avión, pudo contemplar la gran ausencia de vehículos por las calles y alrededores de la capital. La expedición de la que formaba Jorge, la componían una decena de personas, ingleses, suizos, suecos, austriacos y franceses-Él era el único español.
Tras los exhaustivos controles de documentación y de equipajes conocieron al personal norcoreano que les acompañaría durante toda la estancia. “Salvo para correr el maratón, no se separarían del grupo en ningún momento” explica sobre el control norcoreano. De hecho, hasta salir de hotel necesitaban la supervisión del encargado del grupo e iban acompañados por el guía, un conductor y un cámara. “Todo programado y sin hueco para la improvisación”.
De su estancia en Pyongyang recuerdacon especial admiración la visita a un colegio, que define como “de élite, por lo bien preparado que estaba”. También rememora el Metro de la ciudad como “una apología al sistema de gobierno del país, con mosaicos, pinturas y esculturas que ensalzan los logros de la nación”.
Jorge no olvidará el 8 de abril, el día en que comenzaba el maratón de la maratón. A las 8:20 horas comenzaron a desfilar por el estadio Kim Il-Sung, durante la ceremonia de inauguración, como si de atletas olímpicos se tratasen. “Fue espectacular y emocionante sentir el fervor de unos 40.000 espectadores”.
La competición, que se celebraba con temperaturas bajo cero, viento y nieve, comenzó a las 9:00 horas, “ni un segundo más, ni un segundo menos”. Enfundado con su camiseta conmemorativa de Talavera de la Reina, Jorge disputó uno de los maratones más llamativos. “Nunca olvidaré esta experiencia”, insiste.
El circuito pasaba por algunos de los lugares más emblemáticos de la urbe, en especial por la plaza Kim Il-Sung, ésa donde el régimen muestra al mundo su armamento con pomposos desfiles.
El talaverano había preparado este maratón para correrlo en cuatro horas, un tiempo cuyo ritmo me permitiese disfrutar de la ciudad, de la gente y vivir el momento. “Tuve la oportunidad dar la mano a niños y mayores, cuyas caras expresaba la alegría por poder tocar a un extranjero, posiblemente la única oportunidad de hacerlo en su vida”. El talaverano cruzó la meta con un tiempo de 3 h. 57’.
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