Al gobierno se le abre una herida

Ya advertí aquí en este rincón que uno de los sectores que primero realizaría una oposición al gobierno municipal sería el movimiento vecinal.

Y dije las razones: primero, porque aquí en esta Talavera de nuestros pecados se ha convertido en casi ley de vida; y, segundo, porque el PP no es santo de devoción de dicho movimiento. Quizá porque nunca se le ha trabajado. En la última fase de gobierno del PSOE, el vecindario ya andaba algo molesto porque a la encargada de Participación Ciudadana, Rosa Bello, la faltó mano izquierda en ciertas decisiones.

Ahora, con el nuevo gobierno, los vecinos ya han mostrado su desesperación porque no se cuenta con ellos. El Ayuntamiento ha tomado decisiones –como la subida del agua, la policía de proximidad o la misma ampliación de la temporada de terrazas- en las que la Federación de Vecinos tenía mucho que decir y no se le ha dado ni bola. Esto no ha sentado nada de bien y desde la misma federación se ha convocado a los medios de comunicación para airear que está herida y, de paso, achacar de poco dialogantes a los rectores municipales.

Reconoce la presidenta del movimiento vecinal que el contacto entre el gobierno y los vecinos es casi nulo, lo que puede suponer un gran obstáculo para un Lago que necesitará la ayuda de todos para sacar adelante su proyecto. Es verdad que en algunas fases de la historia democrática de la ciudad, este movimiento tenía mucho más peso que ahora y que, incluso, marcó algunas acciones de gobierno. La presidenta dice que ellos no quieren gobernar, quizá anticipándose a que se les acuse, desde la Plaza del Pan, que quieren mandar sin concurrir a las elecciones. Al gabinete Lago se le abre una herida.