La exposición ‘aTempora Talavera. Seis mil años de cerámica en Castilla-La Mancha’ que se celebrará esta primavera en la Ciudad de la Cerámica contará con una pieza de excepción, un banco de cerámica Ruiz de Luna fabricado en el Alfar de Nuestra Señora del Prado Cerámicas Ruiz de Luna de Talavera de la Reina en su segunda época (1915-1936/42), que tras su restauración pasa a formar parte para su exposición de los fondos del Museo y será uno de los símbolos más emblemáticos de la exposición ‘aTempora’.
GENEROSIDAD A LA FAMILIA RUIZ DE LUNA
El consejero de Educación, Cultura y Deportes, Ángel Felpeto,ha agradecido a la familia Ruiz de Luna la donación de un banco "con un gran valor artístico y simbólico", un gesto de generosidad, “que habla, claramente, del compromiso de la familia Ruiz de Luna con la ciudad de Talavera, con el patrimonio histórico, con el cuidado de las raíces, como condición necesaria para conquistar el futuro”.
Durante el encuentro que ha mantenido con los herederos de Juan Ruiz de Luna para agradecerles la donación, el consejero ha recordado que hace unos meses, los herederos de Juan Ruiz de Luna, propusieron a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha la donación de un banco con un gran valor artístico y simbólico, para que, una vez restaurado, fuera expuesto en el Museo que lleva el nombre del alfarero talaverano.
Por ello, ha manifestado públicamente a María Eugenia y Pedro Pablo García del Pino Ruiz de Luna el agradecimiento en nombre de todos los ciudadanos de Talavera de la Reina y de Castilla-La Mancha por este gesto
RESTAURACIÓN
Igualmente ha tenido palabras de reconocimiento para el trabajo realizado por el Centro de Restauración y Conservación de Castilla-La Mancha, que durante más de tres meses ha realizado una minuciosa tarea de estudio y recuperación de esta pieza, deteriorada por el paso del tiempo por el uso, y por haber estado en exteriores.
“El resultado final es excelente, por ello es de justicia reconocer la labor de la responsable del Centro de Restauración, Olvido González, y, especialmente, de los técnicos restauradores, Domingo Portela y Clara González, que han trabajado para que hoy podamos ver esta magnífica pieza de cerámica talaverana en todo su esplendor”, ha agregado.
A este respecto, ha indicado que el mecenazgo es una de las expresiones más claras de la igualdad, de la corresponsabilidad y de la participación y “en la entrega de este banco a toda la ciudadanía se aprecia, claramente, un impulso solidario, por supuesto, pero también un llamamiento a la responsabilidad institucional, y una convocatoria a la ciudadanía a que contemple lo que nos define a todos, y es, también, una invitación a conocer mejor esos signos que nos definen a todos, esos signos que debemos cuidar, de los que nos debemos enorgullecer, y que debemos divulgar para que sean de conocimiento y de admiración generales”, ha dicho.
Así, ha recordado que el mecenazgo es una de las líneas de acción más importantes de la política cultural del Gobierno de Castilla-La Mancha, que tendrá condición de Ley próximamente y cuyo anteproyecto fue expuesto ante el Consejo de Gobierno el pasado mes de diciembre.
Finalmente ha anunciado que el próximo lunes 8 de enero se incorporará al Museo Ruiz de Luna Belén Fernández Bravo que asumirá las labores de gerencia del propio Museo.
BANCO RUIZ DE LUNA
El banco de Ruiz de Luna tiene un valor no sólo artístico, sino también simbólico e histórico, ya que se utilizó como banco de entrada a la vivienda, después almacén del alfar y zona de paso para acceder al Museo, hasta el cierre de la fábrica en 1961.
El banco está formado por cinco paneles de azulejos de ‘tipo renacimiento’: frente, asiento, respaldo, dos laterales, rematados con alizares azules y una banda azul entre el asiento y el respaldo, unidos con cemento a una estructura de cemento armado.
Mide de largo 194,5 cm de largo por 42 cm de alto, tiene tres filas de doce azulejos cada una y una pieza de 14 cm de largo por 9 cm de ancho en los laterales, que están rematados con alizares.
Los paneles están decorados con motivos renacentistas, hojas de acanto y grutescos, en azul y aguadas de azul sobre fondo amarillo con sombreados naranja, enmarcados en el frente y el respaldo con una greca de hojas encadenadas de acanto.
El banco está montado con cemento y su estado de conservación antes de proceder a la restauración era el normal para este tipo de piezas cerámicas que han estado colocadas en el exterior y en uso.
En una valoración preliminar se apreció la pérdida de vidriado en numerosos azulejos, la falta de un alizar y una reintegración con cemento, si bien se trataba de desperfectos pequeños que han podido ser restaurados y restituidos.