David Martínez | Lunes 10 de julio de 2017
El Gobierno de Castilla-La Mancha ha reducido las listas de espera sanitarias en más de 16.000 pacientes en los dos primeros años de legislatura, situándolas al cierre del pasado mes de junio en 90.365 pacientes, la cifra más baja de los últimos ocho años.
Así lo ha señalado el consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, quien ha reafirmado el compromiso del Ejecutivo de Emiliano García-Page de seguir reforzando las líneas de actuación en marcha para continuar la senda marcada en la mejora de la atención sanitaria que se ofrece a los castellano-manchegos.
Fernández Sanz, que ha estado acompañado por la directora gerente del SESCAM, Regina Leal, y por el director general de Asistencia Sanitaria, José Antonio Ballesteros, ha explicado los datos publicados hoy en el Portal de Transparencia que contrastan claramente con lo que sucedió en el segundo año del Gobierno del PP, cuando las listas de espera aumentaron en 20.292 personas, pasando de los 151.278 usuarios que estaban pendientes de una intervención quirúrgica, una consulta con el especialista o una prueba diagnóstica, a las 171.570 personas que había en junio de 2013, el máximo récord de la serie histórica para un mes de junio.
Al cierre del mes de junio, la lista de espera quirúrgica se situó en 33.836 pacientes, la de consultas externas en 48.703 pacientes, casi un 22 por ciento menos que hace dos años y la de técnicas diagnósticas en 7.826 personas, 3.516 menos que a finales de junio de 2015.
El consejero de Sanidad ha indicado que para encontrar unos datos mejores que los que se han conseguido a la conclusión del mes pasado habría que remontarse hasta junio de 2009, cuando las listas de espera contabilizaron 84.786 pacientes.
Fernández Sanz ha trasladado el agradecimiento de la Consejería de Sanidad y del Gobierno de Castilla-La Mancha, a los más de 25.000 profesionales que trabajan en el sistema sanitario público regional “por su profesionalidad e implicación”. Una implicación, ha apuntado, que se ha visto reforzada por la apuesta que está realizando el Gobierno regional en la gestión por una Sanidad pública potente, con líneas de actuación muy claras basadas en dotarla de más recursos humanos y más y mejores equipamientos tecnológicos con el fin de incrementar la actividad con recursos propios y reducir las derivaciones a clínicas concertadas.
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