Ante las últimas noticias de la banda terrorista ETA anunciando su ‘desarme definitivo’ y la localización de varios zulos donde escondían armas y explosivos con los que tendrían la intención de cometer nuevos actos de terror, así como ‘habrían sido usados para perpetrar atentados’ no convencen a las víctimas.
José de Jesús, padre del guardia civil José Angel de Jesús, que perdió la vida en el año 2000 a causa de la explosión de una bomba lapa colocada en el vehículo oficial con el que trabajaba en la localidad oscense de Sallent de Gállego, solo ve “una campaña publicitaria de cara a la galería por parte de estos asesinos”.
“No quieren colaborar con la Justicia y no descubren el inmenso arsenal con el que cuentan. Esto no es desarme ni nada porque no han aparecido las armas que esclarecerían los más de 300 atentados que aún están por resolver”, asegura De Jesús, el cual también desconfía de los denominados ‘mediadores’.
“¿Quiénes son estas personas? Las víctimas no sabemos de dónde han salido”, afirma. Ante esa situación, José de Jesús continua diciendo que “los terroristas ni han pedido perdón, ni se arrepienten ni nada. Estamos como siempre, humillados. Y lo peor es que el Estado ni la Justicia hace nada por nosotros. Seguimos sufriendo”.
Como ejemplo pone el ‘trato de favor’ del que disfrutan los terroristas “como el tal García Gaztelu o Arzalluz, uno el que ordenó y otro el que ejecutó el atentado que acabó con la vida de mi hijo, que tienen la posibilidad de salir de la cárcel para visitar su padre enfermo. Mientras, mi hijo está en el cementerio sin que nada pueda hacer por él. Esto sólo te provoca impotencia y vergüenza”.
Las palabras de este talaverano, también guardia civil como su hijo José Angel, son reflejo de lo que siente la gran cantidad de víctimas del terrorismo de ETA, que “ahora sólo pretende poner en marcha una campaña para que se les ve como lo que no son. Porque sólo son asesinos”.