Cumplir años parece que está pasado de moda, no nos gusta que nos digan eso de “un año más viejo o vieja”, pero siempre hay aniversarios que merecen una celebración y más cuando se trata de una empresa de referencia en la provincia, y si es talaverana, mejor que mejor.
CÁRNICAS OTERO cumple 25 años con la vista puesta en el futuro pero sin olvidar cada año de éxito, cada mejora y, por qué no decirlo, algún sinsabor. Todo ello se acumula tras los mostradores de sus diez tiendas en Talavera o en la sala de despiece, todo ello les han hecho crecer y mejorar como empresa.
CÁRNICAS OTERO nació 2 de septiembre de 1992, fruto de la iniciativa de Juan Otero quien animó a su hijo Juan Carlos a que abriese un negocio por su propia cuenta. Junto a su hermano Raúl y posteriormente Yolanda –esposa de Juan Carlos– han acercado a sus clientes los mejores productos, siempre con una premisa clara, la calidad y pensar ante todo en sus clientes.
A lo largo de este cuarto de siglo, la motivación de CÁRNICAS OTERO ha sido la misma que en sus inicios, hacer cosas que no se hacían o no existían en el sector cárnico de Talavera de la Reina. “Un proyecto que surgía de la nada y que ha llegado al éxito gracias al esfuerzo de nuestros empleados y de la fidelidad de la gente” nos comenta Yolanda.
Veinticinco años han pasado desde que se levantara por primera vez la persiana de la carnicería ubicada en la calle Cañada de la Sierra. “Un acierto total. Nos hemos sentido abrigados por la gente desde el primer momento. Su éxito nos permitió crecer”, aseguran orgullosos los fundadores. Una tienda que es el emblema de CÁRNICAS OTERO.
La tienda de Cañada es el ejemplo de cómo con sacrificio –muchas horas para poder despegar–, ilusión, espíritu emprendedor y alma de comerciante, se puede salir adelante en un negocio tan competitivo. “Nuestros clientes de toda la vida siguen viniendo a comprar y lo han transmitido de generación en generación, algo que nos enorgullece” confirman.
Los capitanes de CÁRNICAS OTERO no hubiesen logrado ser más que una carnicería, sin el esfuerzo y profesionalidad de sus empleados. Un equipo de más de 80 personas que día a día venden algo más que productos de calidad, dan un servicio cercano y personalizado a cada uno de sus clientes.
Además, la adecuación a los tiempos es necesaria y por esa razón siguen cuidando al ‘cliente de toda la vida’ pero es esfuerzan también por proporcionar el servicio necesario al nuevo consumidor, aperturando sábados tarde y domingos o llevando la compra a casa.
Veinticinco años innovando –servicio a domicilio, A Zampar!, carnes maceradas, productos envasados sin conservantes… y lo que falta por venir–, pero siempre con la idea clara de devolver a la sociedad lo que sus clientes les dan, por ello colaboran en diversas iniciativas de apoyo social y fomento económico en la ciudad.
Porque 25 años no son nada... ¡Felicidades!